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Ganar para perder

Autor: Valeriano Suárez Suárez

Parece que el nombre del juego entre el grueso de los personajes que integran nuestra clase política es ganar para perder. Empeñarse en saciar su apetito de poder, privilegios e impunidad; con cargo a la cuenta de la sociedad civil.

Mientras que la sociedad organizada trata de construir o mejorar nuestras instituciones públicas haciéndolas mas plurales, transparentes y eficientes; la clase dirigente, acomodada en el uso patrimonial del poder, se aferra a hacer perseverar el régimen, dinamitando todo aquello que no signifique mas de lo mismo.

Esto explica los recientes ataques al Sistema Nacional Anticorrupción y la falta de voluntad política para seguir avanzando en este tema y en muchos otros donde, cotidianamente, los ciudadanos tenemos que padecer la indiferencia y soberbia de servidores públicos y funcionarios que están lejos de poder ser considerados al servicio de México.

Para el caso de las finanzas públicas; especialistas y organismos de la sociedad civil (como es Coparmex) insistimos en la necesidad de crear un consejo fiscal independiente que sirva al Poder Legislativo para cuidar aspectos fundamentales de nuestras finanzas públicas; que cuestione y haga recomendaciones en materia de política fiscal. La respuesta, del Secretario de Hacienda, es que esto no es necesario porque nuestro sistema de gobierno presidencialista no requiere esta figura adicional. La solución está en el Servicio Civil de Carrera del personal adscrito a esta dependencia federal. Réplica que se da en un contexto donde la deuda externa de México entre Diciembre del 2012 y Enero del 2017 se ha incrementado de manera desproporcional en más del 40%.

En temas tan relevantes como la impartición de justicia, para nuestro Procurador General de la República, el reformar la Ley de la Fiscalía General (dotándola de recursos técnicos y materiales, independencia y las mejores prácticas democráticas en el nombramiento de su titular) no representa conveniencia significativa. Para nuestra máxima autoridad contra la impunidad coincidentemente a lo que señala su colega en la Hacienda Pública la procuraduría actual solo requiere del Servicio Civil de Carrera y revisar sus procesos y procedimientos, así como homologar a todas las procuradurías del Territorio Nacional. Esto nos dice cuando en su escritorio se acumulan cientos de denuncias por actos de corrupción de funcionarios y servidores públicos sin resolver y muchos otros expedientes -que corren con la misma suerte- de los mas atroces delitos para nuestra sociedad.

Desde las organizaciones de la Sociedad Civil hemos enfocando nuestro quehacer en propuestas fundamentadas para el fortalecimiento de nuestras instituciones. Pero, debemos reconocer que esto no ha sido suficiente. Las instituciones son tan robustas como capaces y confiables sean las personas que las integran. Con nuestras mejores intenciones esperamos que a través del dialogo edificante seremos capaces de tocar las fibras de la razón, cordura y generosa voluntad de nuestros servidores y funcionarios públicos para convencerlos de lo que conviene a México.

El problema, de gran parte de esta sociedad organizada, es que hemos planteado este dialogo esperando un resultado satisfactorio para ambas partes. Lo que en el sector empresarial entendemos como un ganar ganar. Esto desde nuestra perspectiva es comprensible, pero si nos ponemos en los zapatos de nuestra clase política entenderemos que para que la sociedad gane, quienes viven del erario, tienen mucho que ceder en su coto de poder, su cerco de privilegios y su mundo de impunidad. ¿Realmente creemos que nuestros políticos y funcionarios tienen los incentivos, convicción y voluntad necesaria para esto?.

La voluntad política para provocar un verdadero cambio en el paradigma de corrupción, impunidad y simulación que prevalece en nuestro País solo se puede dar si somos capaces de materializar nuestra indignación social en una participación ciudadana eficaz que confronte al “estatus quo” alterando diametralmente sus incentivos actuales. En palabras de Eufrosina Cruz, ejemplo de superación y lucha social de las mujeres y minorías: “Para que el Gobierno te escuche, tienes que convertirte en problema”.

Lo que nuestra Nación necesita es cambiarle el nombre y las reglas del juego a nuestra clase dirigente. Trascender a un perder para ganar. Que aprendan a perder para que quien gane sea México.

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