Por Xóchitl Lagarda
Pocas personas en el mundo podrían -en base a su propia experiencia- definir mejor la paz que la iraní Shirin Ebadi, Premio Nobel de la Paz 2003: “La paz no es sólo ausencia de guerra, la paz es un conjunto de condiciones en una sociedad donde las personas puedan vivir con dignidad; los pilares de la paz son la democracia y la justicia social“.
En el año 2013 se dio inicio a uno de los programas que seguramente transformarán la vida de cientos de miles de jóvenes en México y elevarán a la par la competitividad de las empresas. Se generaron las bases de un círculo virtuoso sin precedente en nuestro país donde la triple hélice trabaja conjuntamente con esquemas formales para insertar a los jóvenes al mercado laboral, estamos hablando del Modelo Mexicano de Formación Dual, hoy conocido como el Sistema de Formación Dual, que integra a los jóvenes a formarse dentro de la empresa y al finalizar siempre y como garantía de calidad cuentan con la certificación de sus competencias de los estándares construidos desde el sector productivo.
Los empresarios juegan un rol fundamental, han asumido el compromiso de una participación formar, ordenada y regulada.
Por cada 100 jóvenes en edad de conclusión de secundaria, 13 no egresarán en el tiempo estimado o quizás no logren un certificado. Para mejorar las posibilidades de inserción escolar laboral de los jóvenes en riesgo de abandono escolar, es necesario acompañarlos desde sus procesos de exploración vocacional, así como impulsar la formación basada en competencias de carácter transversal y técnicas.
Poco más de 30 millones de personas de 15 años y más (5.5% de la población nacional) registran rezago educativo, porcentaje que se puede reducir si cada uno asumimos la parte de responsabilidad que nos corresponde.
Elevar la productividad laboral y competitividad del país exige dotar a estas personas de competencias transferibles y certificables que les permita insertarse favorablemente al mercado laboral. Actualmente gran parte de las posiciones laborales están ocupadas en empleos informales y de baja calificación, de baja aportación de valor agregado y por lo tanto de baja remuneración.
El Sistema de Formación Dual es una propuesta de gran valor para México la cual, no solo debe continuar sino fortalecerse y consolidarse, sus resultados hablan de un programa exitoso que ha transformado las vidas de cientos de jóvenes que han transitado por él.
El sistema de formación dual tiene grandes retos aun, y para ello es de la mayor relevancia que los trabajos continúen con el nuevo gobierno. Sabemos que la escala del sistema es necesaria, incluir la participación de más mujeres, discapacitados y a más personas no solamente jóvenes que cuenten con bajo nivel educativo y registran bajas tasas de participación económica.
Todo esto con el fin de transformar el futuro de nuestro querido México, aumentar la tasa de participación que. Al compararla con otras economías, registra una brecha considerable.
Desde el sector empresarial estamos atentos a la convocatoria de la nueva administración para sumar y continuar con la puesta en común acompañados por las cooperaciones internacionales de Alemania, Francia, Suiza entre otros países.
