La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) advierte que el Paquete Económico 2020 presentado ante la Cámara de Diputados –que incluye los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), el Proyecto de Egresos y la Iniciativa de Ley de Ingresos para 2020– emite una señal positiva en lo general, pero presenta algunos focos de atención en lo particular.
En primer lugar, resulta alentador que se esté buscando mantener la estabilidad de las finanzas públicas, mediante un superávit primario del 0.7 por ciento. Sin embargo, el equilibrio macroeconómico que se establecen en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) es sumamente inestable y volátil, con escenarios internos y externos que pueden cambiar con facilidad.
La estimación de crecimiento de la economía mexicana presentada es francamente optimista y se encuentra por encima del consenso de diversos analistas e instituciones financieras, incluyendo el Banco de México. Además, la producción de petróleo presentada –entre 1.73 y 1.95 millones de barriles diarios para 2019 y 2020 respectivamente–, requeriría de un aumento del 15 por ciento y el rompimiento en la tendencia a la baja de los últimos años.
Por su parte, en cuanto a los factores externos, existe cierto riesgo en la posibilidad de que la economía de Estados Unidos alcance un periodo de recesión, afectando los escenarios establecidos en el Paquete Económico 2020, como la recaudación del IVA e ISR.
De tal manera que se requerirá un monitoreo constante y cercano sobre todas las premisas y variables económicas que se establecen, a fin de poder actuar con oportunidad –en caso de que se tuviera que corregir sobre la marcha– con el objetivo de preservar el equilibrio macroeconómico.
Un segundo componente que genera inquietud es la clara apuesta del Gobierno Federal por el corto plazo sobre el largo plazo. En Coparmex coincidimos en la necesidad de abatir las carencias sociales que lastiman a millones de mexicanos; sin embargo, señalamos que el Proyecto de Egresos se centra en el gasto social, disminuyendo aspectos prioritarios como la inversión productiva.
Resulta preocupante la reducción en el rubro de inversión pública de 5.4 por ciento, en términos reales con respecto a 2019. Este movimiento se traduce en una caída de la inversión pública como porcentaje del PIB, del 2.7 al 2.4 por ciento. Con ello, se está degradando la importancia de invertir en aspectos fundamentales como los proyectos de infraestructura –que a la larga impulsan el crecimiento, los empleos y el bienestar.
Y finalmente, el tercer elemento de preocupación es la materia fiscal. Si bien, en la Ley de Ingresos no se contemplan nuevos impuestos, sí se están introduciendo ciertas distorsiones que afectan potencialmente a las empresas y las personas.
El Paquete Económico 2020 mantiene la eliminación de la compensación universal (Ley Gandalla), afectando la liquidez –sobre todo– de las micro, pequeñas y medianas empresas, que no pueden compensar impuestos y que al día de hoy padecen de las devoluciones tardías por parte del gobierno.
Por su parte, el incremento en la tasa de retención de intereses, de 1.04 a 1.45 por ciento es una distorsión que afecta la capacidad de ahorro de las personas y, con ello, a la economía en su conjunto.
El Presidente Nacional de Coparmex, Gustavo de Hoyos Walther, enfatizó que el Paquete Económico 2020 resulta ortodoxo y sumamente optimista, pero que puede ser posible si se da una mayor apertura en sectores estratégicos, como el energético. Añadió además que “si se cuidan todas las variables, si hay estricta disciplina en su ejecución, el objetivo, aunque difícil, podría ser alcanzable”.
En Coparmex, acompañaremos siempre el cuidado de los fundamentales macroeconómicos para preservar la estabilidad, pero buscaremos vigilar que la legislación fiscal en ningún caso afecte a los contribuyentes y, con ello, se ponga en riesgo el desempeño de la economía.
