Artículo de opinión escrito por Sandra Valentina López, Consejera Delegada de la Agenda 2030 de Coparmex | Vía El Sol de México
La tierra está viva y nosotros estamos dentro, por ello no podemos estar desconectados ni ser inconscientes de aquello que permite la vida.
Las políticas públicas implican analizar y juntar los intereses de los involucrados en una iniciativa que genere un bien común en el país. Dichas políticas centran su fortaleza en escuchar las voces de la ciudadanía, de ahí la importancia de las herramientas de participación, su autonomía y fortalecimiento. Enfocadas a la sostenibilidad, las políticas públicas agrupan intereses globales y mejoran nuestra adaptación al cambio climático. Con la asignación de presupuestos y el análisis de indicadores, podemos medir su efectividad.
Como miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), México adquirió el compromiso internacional de impulsar políticas públicas para el desarrollo sostenible (CIEP, 2023), y La Secretaría de Hacienda y Crédito Público es la que vincula el presupuesto federal con el avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los Criterios Generales de Política Económica (El CGPE_2024), nos muestran las directrices establecidas en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 en materia de crecimiento sostenido y desarrollo incluyente. El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2024 perfila una política de gasto que busca dar cumplimiento a los ODS. Así, para 2024, el 83.8% del total de los programas presupuestarios se encuentran vinculados a los ODS. Esta vinculación puede ser de manera directa e indirecta (SHCP, 2022a).
Sin embargo, y pese a los avances en programas de gobierno abierto y herramientas de participación ciudadana, los resultados en los últimos 23 año han dejado mucho que desear. Los actores políticos han lastimado la confianza ciudadana, la motivación de participar y más grave aún, el interés por observar el buen ejercicio y actuar de los servidores públicos del estado.
Las empresas están tomando participación en el desarrollo sostenible con una integración de la sostenibilidad en los organigramas corporativos. El nivel especializado de los aspectos “Environmental, Social and Governance” (ESG) han generado nuevos perfiles profesionales. 2024 será un año para poner en valor la integración de la sostenibilidad a lo largo y ancho del organigrama y mitigar progresivamente los espacios entre oferta y demanda de talento. La sostenibilidad fomenta la innovación abriendo puertas a nuevas tecnologías y procesos que pueden ser diferenciadores competitivos.
Este cambio de visión quizás va asociado a un cambio generacional. Un informe de “PwC – Workforce of the Future”, señala que el 88% de los jóvenes desea trabajar en una empresa cuyos valores reflejan los suyos propios. Hay que tener presente que los millennials constituirán el 75% de la fuerza laboral mundial para el 2025.
Aunque los recursos se están dirigiendo a sectores importantes para la sostenibilidad en México, existen desafíos y preocupaciones en cuanto a la efectividad y alcance de estas políticas, especialmente en términos de cumplimiento de metas y equidad en la distribución de recursos. Olvidamos que la Tierra puede vivir sin nosotros, nosotros no podemos vivir sin ella. #OpiniónCoparmex
