Artículo escrito por José Alberto Castro Vera Presidente del Comité de Política de Coparmex nacional vía El Economista
Twitter: @joseACV7
Max Weber señala que entre la frustración y la acción está la organización. Así, ante el rumbo equivocado del país -contagios, desempleo, abandono, inseguridad, desconfianza- amplios sectores de la sociedad intermedia en México han decidido organizarse. El 20 de octubre anunciaron un nuevo movimiento social llamado Sí por México que desataca no sólo por su amplitud y trayecto, sino también por su desarrollo y propósito.
Vayamos por partes. El movimiento destaca en amplitud porque está integrado por cerca de 400 grupos sociales en activo y enfocados en variedad de temas. Segundo, resalta su trayecto porque se podría considerar como una organización que Gaetano Mosca llama de principio liberal, caracterizada por no ser descendente (autocrática o jerárquica) sino ascendente (plural y horizontal); esto es, nace en dirección de abajo hacia arriba. Tercero, sobresale su desarrollo (o potencia) porque -como lo señala la teoría política- los diversos tipos según los que se forman y organizan las clases políticas es el secreto de su fuerza o de su debilidad.
Esta quizá sea su principal característica, porque cuando las diferencias se unen frente un peligro compartido y las anima una concepción semejante, las pequeñas barreras se van desvaneciendo hasta desaparecer en favor de una causa en común. Finalmente, Sí por México tiene claro su propósito y conoce sus fronteras: influir en la agenda y en los procesos de decisión públicos, mas no busca institucionalizarse como partido político.
Reconociendo sus diferencias, Sí por México ha plasmado sus coincidencias en una plataforma política en seis grandes ejes: democracia plena; seguridad y acceso a la justicia; economía inclusiva; salud y educación universal; equidad de género; y medio ambiente sustentable.
Por otro lado, dicho movimiento ha delineado su fórmula política en tres vertientes: establecer una gran agenda nacional en base a su plataforma política; construir una nueva mayoría en el Congreso federal a través de candidaturas de ciudadanos probos y afines a esos planes y programas; y abordar a los partidos políticos con dicha propuesta para que se comprometan con su proyecto político.
Tanto el número de organizaciones que conforman a Sí por México como los cerca de 4 millones de mexicanos que se conectaron el día de su lanzamiento (a través de diferentes plataformas y con posibles dualidades), hacen proyectar una nueva corriente de ideas y de un movimiento social que se avecina.
Ante el inquietante rumbo del país y la manera como el gobierno federal en turno ha abordado el trío de crisis -pandémica, económica y social- Sí por México se presenta para darle un nuevo cauce y reacomodo a la representación legislativa del país.
Consulta la versión original en: El Economista, Un movimiento llamado Sí
