Protejamos la competitividad de México con un comercio justo y un futuro sólido

Artículo de Opinión escrito por Juan José Sierra Álvarez , Presidente Nacional de COPARMEX | Vía: @eleconomista

X:@jsierraalvarez

La imposición de aranceles representa un reto crucial para la economía mexicana y para la estabilidad de la integración comercial en América del Norte. Las medidas unilaterales anunciadas por el presidente Donald Trump, no solo afectan la competitividad de nuestras industrias, sino que también ponen en riesgo miles de empleos y desalientan la inversión en nuestro país. Frente a un escenario en el que se amenaza con gravar las importaciones de acero y aluminio al 25%, es imperativo que tanto el sector público como el privado trabajemos de la mano para evitar una espiral de medidas que provoquen una desaceleración económica que nos acerque a la recesión.

Desde el inicio de estas amenazas, hemos apostado por el diálogo y la diplomacia. En diversas reuniones y foros, el sector empresarial ha hecho un llamado a fortalecer la relación bilateral con Estados Unidos, resaltando que el T-MEC, basado en reglas claras y mecanismos de solución de controversias, es el marco que debe regir el comercio entre nuestras naciones. La guerra de aranceles no es solución; al contrario, la cooperación y la negociación son las herramientas esenciales para contrarrestar cualquier medida que socave la integración regional y la competitividad.

La reciente amenaza de aplicar aranceles a insumos estratégicos, como el acero y el aluminio, genera inquietud en un país que ya enfrenta una desaceleración económica desde el segundo semestre de 2024. Este escenario, que podría traducirse en un impacto negativo sobre la tasa de interés, el déficit fiscal y la calificación crediticia de México, debe ser enfrentado con una respuesta firme y coordinada. Es en este contexto que se resalta la importancia de los encuentros bilaterales, donde el secretario de Economía y su homólogo en Estados Unidos puedan sentar las bases para una respuesta conjunta que evite la escalada de represalias comerciales.

Además, se ha discutido la posibilidad de que se utilicen instrumentos adicionales como impuestos al valor agregado, para imponer barreras a las importaciones, lo que podría tener consecuencias aún más graves para el comercio internacional y la competitividad de nuestras empresas. Estas imposiciones, lejos de proteger los intereses de la industria estadounidense, generan distorsiones que perjudican a ambos lados de la frontera y ponen en riesgo la integridad del tratado que ha beneficiado a las economías de la región durante décadas.

En Coparmex, nuestro compromiso es claro: promover un entorno de certeza jurídica y competitividad, en el que la inversión y la innovación puedan realizarse sin trabas. Por ello, esperamos que el Gobierno de México actúe con firmeza, defendiendo los intereses de las empresas y sus trabajadores a través de una respuesta negociada y coordinada. Es fundamental que se mantengan las bases de un comercio justo, donde el diálogo y la cooperación prevalezcan sobre medidas unilaterales que solo generan inestabilidad.

Creemos que la solución pasa por fortalecer la relación bilateral y regional, trabajando en conjunto para impulsar un modelo de desarrollo que no se deje amedrentar por amenazas proteccionistas. La experiencia nos enseña que el crecimiento y la estabilidad se logran cuando se respetan las reglas del juego, y que la inversión se da en entornos donde impera la confianza, la transparencia y se genera valor compartido.

En definitiva, la defensa de la competitividad y la estabilidad comercial es responsabilidad de todos. Solo mediante el diálogo, la negociación y la acción conjunta podremos asegurar que nuestro país siga avanzando hacia un futuro de prosperidad y equidad, en el que los aranceles y las amenazas comerciales sean sustituidos por acuerdos que impulsen el crecimiento y la innovación.