Tan solo los ciudadanos del Estado de México rondan por encima de los 12.6 millones, lo que significa una gran población representada por la ola guinda, es decir, 23 estados gobernados por Morena.
Lo que fuera una victoria para unos, es la derrota para otros, un golpe para el PRI que pasa a ser de los partidos hegemónicos a los partidos pequeños en proporción a sus representados, un debilitamiento a las “alianzas” y, por ende, la consolidación para el proyecto de los ganadores.
Más allá de eso, es también un momento de reflexión política, social y económica ¿por qué dar un voto de confianza a un partido que, en acciones no ha sorprendido con resultados? Por qué debemos sumarnos a gobiernos que han empobrecido al país, que no apuestan por la innovación, la salud, la educación. Para muestra lo vemos en índices de Coneval, donde pasan de 52 a 55 millones las personas en situación de pobreza.
Es un momento de detenernos, pero también de participar. La apatía y el rechazo que se fortaleció con los partidos del viejo poder puede volverse a repetir, el llamado a las y los contendientes, a las y los actores de la vida pública y política, es una petición a la evaluación puntual del desempeño de nuestros gobernantes, a que su trabajo se traduzca en acciones por y para los ciudadanos, a una clara rendición de cuentas.
Es también, una oportunidad para pedir a quienes tienen la responsabilidad de darle rumbo a un país, a que respeten la democracia y la autonomía de poderes, a mantener el ánimo en el desarrollo, a ser el escenario donde se generan empleos y mejores oportunidades con la atracción de inversiones.
Pero, para ello, es necesario que las y los ciudadanos estemos atentos, activos, exigiendo. Nuestra participación en los entornos inmediatos es una necesidad para nuestro país; los jóvenes necesitan sentirse parte de este tejido, de saber que sus decisiones inciden en el futuro y que estas dan rumbo a su propio progreso y el de sus familias.
La migración de votantes es también una luz para los partidos en juego, es un anticipo que pone a prueba las encuestas, las reglas electorales y las alianzas que se establecerán para el año entrante quedan nueve estados en contrapeso y una amplia ventaja encabezada por el poder en turno. Estos comicios fueron clave para estimar un comportamiento en la participación ciudadana, pero deberían ser un norte para identificar lo que busca un país entero.
