Artículo de Opinión escrito por Francisco Javier López Díaz , Director General de Coparmex| Vía: Excelsior
El surgimiento y la evolución de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) representan un capítulo significativo en la historia económica y social de México. Fundada en 1929, en un contexto marcado por la Revolución Mexicana y las secuelas de la Gran Depresión, la Coparmex se estableció como una respuesta a la necesidad de unir a los empresarios en un solo organismo que defendiera sus intereses y promoviera un entorno favorable para el desarrollo empresarial en el país. Desde su nacimiento, la organización ha mantenido un enfoque claro: ser un sindicato que represente a todos los empresarios, sin importar el tamaño ni el sector de sus actividades.
La Revolución, que costó entre 1.5 y 3 millones de vidas, dejó una herencia de violencia y caos, pero también la oportunidad de reformar la estructura política y económica del país. La Constitución de 1917, producto de este conflicto, marcó un hito al incorporar por primera vez garantías sociales y derechos laborales colectivos a nivel mundial. Fue en este contexto que surgieron nuevas ideas y conceptos que sentarían las bases para la creación de la Coparmex.
En la década de 1920, México experimentaba una transición hacia un modelo de “presidencialismo” que otorgaba al Estado un control significativo sobre la economía y la sociedad. Los empresarios de la época se vieron obligados a agruparse en cámaras para interactuar con el gobierno y, a menudo, estos gremios estaban más interesados en defender intereses particulares que en representar un frente unificado. Esta fragmentación llevó a un creciente interés entre los empresarios por crear un organismo que los aglutinara y representara sus intereses de manera más transversal.
Luis G. Sada, un destacado industrial con una visión social anticipada, propuso en 1929 la creación de un sindicato de empresarios que uniera a todos los sectores de la iniciativa privada en México. Esta idea fue recibida con entusiasmo y rápidamente se inició un proceso de análisis que culminó en la presentación del Acta Constitutiva de la Coparmex el 26 de septiembre del mismo año. Así, se fundó un organismo cuya misión actual es: “Promover el bien común impulsando el emprendimiento y la innovación para lograr el desarrollo inclusivo”.
A lo largo de su historia, la Coparmex ha tenido que enfrentar numerosos desafíos. Durante la nacionalización de la banca y otras industrias en la década de 1980, se convirtió en la voz del empresariado, criticando abiertamente las políticas estatistas que amenazaban la libertad de mercado y la propiedad privada. A pesar de la tensión política, la organización buscó mantener un diálogo constructivo con el gobierno. La Coparmex también ha jugado un papel crucial en la promoción de la responsabilidad social empresarial, entendiendo que el éxito de las empresas no debe medirse únicamente por su rentabilidad, sino también por su capacidad para contribuir al bienestar social. La organización ha promovido políticas que fomenten el respeto a los derechos humanos y laborales, así como la igualdad de género y la inclusión en el entorno laboral.
En la actualidad, la Coparmex sigue siendo un actor relevante en la esfera económica y social de México. Representada en 105 ciudades de todo el país, con más de 36,000 empresarios afiliados que generan alrededor del 30% del PIB nacional y 4.8 millones de empleos formales, la organización ha mantenido su compromiso con la libertad empresarial y el desarrollo sostenible. A medida que se aproxima al centenario de su fundación, la Coparmex sigue adaptándose a los nuevos desafíos del entorno político y económico, siempre con la premisa de que, antes que empresarios, son ciudadanos y, antes que ciudadanos, personas.
La construcción de un país basado en la libertad y la responsabilidad requiere un esfuerzo constante y colaborativo. La Coparmex ha demostrado ser un defensor incansable de estos principios, trabajando para garantizar que la voz de los empresarios sea escuchada y que se fomente un ambiente en el que puedan prosperar todos los sectores de la sociedad. La libertad, la competencia y la innovación son valores que la Coparmex, por medio de un Modelo de Desarrollo Inclusivo, seguirá promoviendo en su misión de contribuir al bienestar de México y de sus ciudadanos.