Desafíos de la educación en México

Artículo de Opinión escrito por José Antonio Esquivias es Presidente de la Comisión Nacional de Educación| Vía: El Financiero MX

La educación en México enfrenta retos estructurales que demandan atención prioritaria de la nueva administración para garantizar el progreso de futuras generaciones.

La pandemia de COVID-19 devastó el sistema educativo mexicano, agravando desigualdades preexistentes. La prueba PISA 2022 reflejó un rezago alarmante, acentuado por recortes presupuestales que limitaron la respuesta educativa y profundizaron las brechas regionales en infraestructura y acceso a recursos, especialmente en estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

El cierre prolongado de escuelas durante la pandemia afectó el aprendizaje y las habilidades sociales. Mientras algunos innovaron con la educación a distancia, muchos enfrentaron desafíos como conectividad limitada, falta de dispositivos y deserción escolar. El saqueo de escuelas reflejó el abandono de los espacios educativos.

Los recortes presupuestales afectaron el mantenimiento escolar, dejando planteles en condiciones precarias. Como dijo Jacques Delors: “invertir en educación es un acto de solidaridad y justicia”, pero en México esta inversión ha disminuido, ampliando brechas.

El modelo educativo mexicano carece de claridad y consenso. La improvisación y sesgos ideológicos generan incertidumbre entre los docentes, sin lograr empoderar a maestros ni estudiantes como agentes de cambio, como planteó Paulo Freire: “la educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.

México debe preparar a las nuevas generaciones para un mercado laboral globalizado. El nearshoring demanda fuerza laboral capacitada, pero el sistema educativo no genera suficientes profesionales con las habilidades necesarias.

La irrupción de la inteligencia artificial plantea un desafío para México. Aunque algunas instituciones la integran, muchas carecen de un plan claro, ampliando la brecha entre jóvenes preparados para un futuro digital y los rezagados.

La escasa inversión en tecnologías educativas limita la innovación en las aulas. Según UNESCO, “la tecnología es un medio para mejorar la calidad educativa”, y México requiere una estrategia que integre efectivamente estas herramientas con los planes de estudio.

Seamos optimistas y busquemos una perspectiva positiva para la educación en México, destacando que maestros, padres y estudiantes poseen las condiciones necesarias para enfrentar este gran reto.

El mexicano es ingenioso, valora la familia, es solidario y tiene gran capacidad de aprendizaje y resiliencia ante adversidades como sismos, inundaciones y pandemias.

Los mexicanos son personas competitivas, destacando en ámbitos laborales, científicos y de liderazgo mundial. Muchos compatriotas ocupan roles importantes, desde investigadores y líderes hasta ejecutivos y obreros productivos. Su amor por México impulsa su esfuerzo y dedicación.

¿Qué hacer ante estos desafíos?

Es necesario replantear las prioridades educativas del país mediante acciones clave como:

1. Invertir en infraestructura y conectividad: asegurar acceso a Internet y recursos tecnológicos en todas las escuelas, especialmente en zonas rurales.

2. Revertir recortes presupuestales: aumentar los fondos para la educación y priorizar el mantenimiento de las escuelas.

3. Fortalecer la formación docente: ofrecer capacitación continua a los maestros para adaptarse a nuevos modelos educativos.

4. Diseñar un modelo educativo inclusivo: incorporar competencias digitales y habilidades blandas en el currículo.

5. Promover alianzas público-privadas: utilizar el nearshoring y la IA para crear programas de formación técnica que respondan al mercado laboral.

6. Involucrar a la sociedad: fomentar una cultura que valore el aprendizaje como motor de desarrollo social y económico.

Como expresó Nelson Mandela, “la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. En México, esta arma necesita ser fortalecida y dirigida con visión y compromiso. La inversión en educación no solo es una obligación moral, sino una estrategia esencial para construir un futuro más equitativo y próspero para todos los mexicanos.