El turismo es una industria que genera casi 1 de cada 10 empleos formales en nuestro país y que aporta una derrama por 21 mil millones de dólares anuales. No obstante ello, está siendo víctima de la falta de visión de largo plazo por parte de las autoridades.
Los programas que se han anunciado por parte del Gobierno Federal para el sector turístico están abandonando el desarrollo integral de la industria turística y en cambio, se están concentrando en unos cuantos proyectos como el Tren Maya, sin más criterio de priorización que la decisión presidencial, y que en muchos caos carecen de estudios de viabilidad económica, ambiental, e incluso del respaldo de las comunidades locales.
La oferta turística de México es muy diversa y dispersa en todo el territorio nacional. No es válido el abandono de sectores y regiones.
El desarrollo regional integral de la oferta turística, es el único camino para potenciar las capacidades de crecimiento de la industria, atracción de visitantes y generación de bienestar en todo el País.
En los últimos años, el turismo se ha convertido en una de las industrias bandera del país. Su dinamismo y crecimiento han colocado al país como el sexto lugar a nivel mundial por número de visitas.
Su aportación a la economía nacional es destacada. De acuerdo con el INEGI, el turismo representa 8.7% del PIB nacional; además, con datos al primer semestre de 2018, ocupa a 4’145,000 personas en forma directa, lo que representa 8.6% del empleo total.
Además, el flujo de visitantes internacionales a México se ha incrementado de forma muy relevante. De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo, 39’300,000 turistas internacionales llegaron a México en 2017, lo que implicó una derrama de 21,300’000,000 de dólares durante ese año.
Estos resultados han sido posibles gracias a la inversión realizada desde los ámbitos: público y privado, aparejada con modelos de promoción adecuados.
Los éxitos del sector turismo en México, también se deben a la participación con distintos organismos del estado mexicano.
FONATUR, ha sido responsable de la planeación y desarrollo de proyectos turísticos integrales y sustentables, y que se ha encargado de la construcción y mantenimiento de mucha de la infraestructura básica en los municipios que se han consolidado como centros turísticos internacionales. Tal es el caso de Cancún y Los Cabos, por mencionar dos de los ejemplos más exitosos.
Otro organismo es BANCOMEXT, que ha puesto al desarrollo turístico del país como parte central de la actividad exportadora, financiando con plazos adecuados y tasas competitivas a la inversión hotelera y el desarrollo de complejos turísticos de clase mundial. Su apuesta ha sido generar las condiciones para proyectos de inversión que, por sus elevados retornos de largo plazo y por su volumen, requieren esquemas de financiamiento específicos.
PROMéxico, a los largo de 11 años, había sido una herramienta efectiva para el desarrollo empresarial mexicano del ramo turístico en el extranjero. Alianzas exitosas entre inversionistas mexicanos y extranjeros para el sector turístico fuero planeadas e impulsadas desde las oficinas de PROMéxico en el mundo.
Desde el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) se han articulado, de forma estratégica, los esfuerzos privados y públicos que buscan promocionar la oferta turística del País. Su trabajo ha posicionado a los destinos naciones, en medios y espacios de alcance global, con contenidos dirigidos al mercado minorista y mayorista de todos los perfiles y niveles.
Finalmente, los emprendedores y micro empresarios, encontraron en el INADEM en los últimos años, apoyos en financiamiento y aportaciones, para incubar proyectos e iniciativas en playas, pueblos y ciudades.
Estas instituciones, creadas algunas hace décadas, han apostado por una visión integral para el desarrollo turístico. Y su apuesta ha dado frutos contundentes.
Vemos con preocupación que el Gobierno Federal ha decidido minimizar, y en algunos casos eliminar por completo, el trabajo de las instituciones que permitieron el desarrollo y potenciaron el crecimiento del sector turístico.
Hay decisiones carentes de racionalidad, sin análisis y valoración de datos, y claramente inconvenientes para el País.
Se pretende, por ejemplo, que FONATUR concentre su labor en el desarrollo del Tren Maya, abandonando su vocación como institución de planeación y desarrollo de infraestructura turística y urbana, y pasando a ser solo el coordinador de un proyecto ferroviario. Esto deja de lado la atención a los municipios con vocación turística que necesitan mejorar su infraestructura básica.
Más aún, se ha propuesto también la absorción de Bancomext en Nacional Financiera, una institución con un mandato más amplio y fundamentalmente industrial, que difícilmente podrá concentrarse en la consolidación de empresas mexicanas del ramo turístico, y que no podrá tener por prioridad el desarrollo y el financiamiento de los proyectos turísticos de clase mundial que necesita el país.
En el caso de PROMéxico, actualmente se están cerrando sus oficinas sin considerar la contribución que éstas han tenido para la promoción de la oferta turística nacional. Enarbolando la bandera de la austeridad, se decidió eliminar la entidad que promovió eficazmente las inversiones del mundo para México, dejando la actividad, como un tema residual para las representaciones diplomáticas.
La desaparición del INADEM deja a miles de emprendedores y micro empresarios del sector turismo, sin la posibilidad de recibir apoyos específicos para consolidar su modelo de negocio, afianzar su actividad y mantenerse en la formalidad.
La liquidación anunciada del CPTM aún no se ha acompañado de una nueva estrategia ni organismo para la promoción turística de México, al interior del país ni en el extranjero. Esto hace pensar que el turismo ha dejado de ser una prioridad.
Adicionalmente, estrategias específicas como el Programa de Pueblos Mágicos, con impacto directo en pequeñas localidades, no tiene presupuesto contemplado para este año.
Y por si fuere poco, el Gobierno Federal decidió abandonar la obra de infraestructura en marcha más importante para el País y el sector turístico: el Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
La consolidación de la actividad turística en México aún tiene muchos desafíos. Muchos retos por vencer, para que libere todo su potencial de generación de empleos, desarrollo y bienestar.
La deconstrucción de instituciones determinantes para el desarrollo de la industria turística mexicana, es un gran error. Desde restricción presupuestal, hasta fusión o simple eliminación, son todas manifestaciones de la precarización del apoyo del Gobierno Federal al sector turístico.
La apuesta del Gobierno Federal es: “Todo por Tren Maya, nada a la desarrollo turístico integral”. Esta es una apuesta equivocada. De alto riesgo. Casi suicida.
Las decisiones que se han tomado por el Gobierno Federal en sus primeros dos meses de gestión, por lo que hace al ámbito turístico, entre ellas la cancelación del NAIM, ya están deteriorando la imagen y el potencial del País como destino turístico en crecimiento.
Estas decisiones podrían romper la inercia de crecimiento en el sector turístico, que se había observado en los últimos años y que ha llevado a que México sea uno de los mejores destinos del mundo.
El sector turístico cuenta un potencial inmenso para generar inversión, empleos y bienestar. Sin embargo, se ha optado por la improvisación y los prejuicios en la toma de decisiones desde el Gobierno Federal.
En Coparmex rechazamos el debilitamiento o eliminación de los organismos clave para el desarrollo del sector turístico.
Si se encontraron excesos que se corrijan. Si existió corrupción que se persiga y sancione. Pero que no se atente contra una industria de gran aportación y mayor potencial para México.
En el ejercicio público, la planeación y la evidencia, en el ámbito turístico, deben cerrar el paso a la improvisación y los prejuicios.
México está llamado a ser uno de los máximos líderes mundiales del turismo en el Siglo XXI. Que nadie por ignorancia, miopía o prejuicio le disminuya ese potencial.