Por: Rosa Marta Abascal, consejera nacional de Coparmex para El Sol de México
Twitter: @rmabascal
El 1 de junio, fue el día del balance Trabajo–Familia, el cual no es un tema de mujeres, es un tema de hombres y mujeres que en complementación forman, alimentan, construyen una familia y la mantienen, sostienen y fortalecen en beneficio de las personas que la conforman, de la sociedad, la empresa, el país y el mundo.
La familia, es un bien para la persona porque es antídoto contra el individualismo y la depresión, es el ambiente propicio para el desarrollo personal, es transmisora de la vida (física y emocional), es educadora en virtudes y valores y es la primera escuela de todo ser humano.
La familia es un bien para la sociedad porque es garantía de solidaridadintergeneracional, es forjadora de cohesión social y amortiguadora de la crisis, es generadora de capital social y es pilar del sistema económico ya que sus integrantes producen y consumen bienes y servicios.
Apostar por la familia no es un gasto, es una inversión. La productividad depende en gran medida, de la estabilidad de la familia y, por lo tanto, la estabilidad de la persona.
México no ha ratificado el convenio 156 de la OIT sobre los trabajadores con responsabilidades familiares. Este insiste en la igualdad de oportunidades y de trato entre trabajadores y trabajadoras con responsabilidades familiares. Adherirnos podría haber influido en el diseño de políticas y medidas apropiadas de conciliación de la vida familiar y laboral que favoreciera el empleo femenino y la incorporación de los hombres en las labores domésticas.
Por otro lado, según la OCDE, México es el país en el que más horas se trabaja, ocupamos el puesto 39 de 40 en el índice de “equilibrio trabajo–vida”. Laboramos en promedio 8.6 horas diarias, 3.4 horas más que los alemanes y 1.8 horas más que E.U. mientras que nuestro PIB por hora trabajada es de 21.6 USD lo cual representa el 30% de lo que producen Alemania y E.U. Es decir, no por trabajar más horas producimos más. ¿La causa? Es sistémica, tenemos problemas de educación, capacitación, políticas internas y públicas que hay que solucionar de raíz.
Para revertir esta tendencia y lograr el balance Trabajo-Familia en México, propongo tres cosas:
1. Impulsar un cambio cultural que permee a todos los niveles socioeconómicos y que apunte al hombre y a la mujer como los responsables aliados del bien ser y bienestar de la familia, un equipo, ninguno está solo ni tiene la responsabilidad exclusiva.
2. Crear un organismo de primer nivel, transversal, que evalúe todas las políticas públicas en relación con el beneficio que representarán para la familia a través de la “perspectiva de familia”. Esto será en beneficio de todos sectores, pues se verá reflejado en una mayor productividad.
3. Vinculación multisectorial eficaz con “perspectiva de familia” de gobierno, sindicatos, sociedad civil y empresas, cada uno haciendo su trabajo, siempre teniendo claro que el bien de la familia es el bien de la empresa y es el bien de México.
Ahí está el reto…