Artículo escrito por José Medina Mora, presidente nacional de coparmex vía El Sol de México
El Senado aprobó la reforma constitucional para que los militares se mantengan en las calles del país hasta el año 2028, a pesar de los múltiples riesgos que eso implica para los derechos humanos y para la seguridad ciudadana, ya que ellos no están preparados para realizar labores de seguridad pública.
Previamente, se aprobó la ley que modifica la estructura civil de la Guardia Nacional para pasarla al control operativo y administrativo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Dicha ley, es claramente inconstitucional, ya que el Artículo 21 de la Constitución establece: “las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil”, además de que la medida aprobada no proviene de una reforma constitucional sino de una ley que cambia el enfoque de la Guardia, ignorando nuestra Carta Magna.
Ahora corresponde al Poder Judicial, representado para este caso en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SJCN), ejercer su función de contrapeso y declarar la inconstitucionalidad de dicha ley.
Ahora, además de la necesaria discusión y definición que debe hacer la Suprema Corte, es indispensable que el resto de instituciones y sectores de la sociedad trabajemos en un plan para sacar al Ejército de las calles lo antes posible, sin que se deteriore aún más la situación de seguridad en que nos encontramos y, sobre todo, para contar con una verdadera estrategia de seguridad pública nacional.
Incluso, el contexto en que nos encontramos nos llama a revisar el poder que le estamos dando a las fuerzas armadas, mas allá de lo que les corresponde.
El gobierno federal está considerando al Ejercito para construir aeropuertos, trenes, manejar sucursales bancarias, aduanas, y hasta operar una línea aérea y una empresa de turismo, cuando eso no corresponde con lo que la Constitución y nuestro modelo de país plantea dentro de sus funciones. Se está militarizando el país y se le esta dando un poder riesgoso a la Sedena.
Necesitamos que el Ejército se enfoque en lo que establece la Constitución, que es la defensa del país y que no se le asignen labores para las que no está preparado.
La militarización no es el camino para construir el México en paz que queremos. Militarizar nunca ha sido sinónimo de paz, ni de respeto a los derechos humanos; la historia nos ha dado muchos ejemplos.
El país necesita estrategias de seguridad pública, con inteligencia, prevención del delito, fortalecimiento de las policías, coordinación entre ordenes de gobierno y un presupuesto para aplicarlo. Al respecto, al definir el Presupuesto de Egresos 2023 será importante que el recurso para seguridad no se quede solo en la Sedena, dejando relegadas a las policías.
Construir un México seguro significa decir no a la militarización y sí al respeto a la Constitución y al Estado de Derecho, sí a las estrategias de seguridad pública, sí a dejar al Ejército en los cuarteles y solo contemplar su participación en situaciones que le correspondan. #OpiniónCoparmex
Por un México en paz, sin militarización.