Artículo de opinión escrito por: Ximena Céspedes Arboleda | Presidenta del Comité de Comunicación Interna de Coparmex | Vía El Sol de México.
Twitter: @XimenaCespedesA
Recientemente estuve en una plática con los CEO’s más importantes de México, el conferencista dijo que la constante actual es que no habría constante. Tenemos que adaptarnos a los cambios y la resiliencia debe ser nuestro mantra.
Mientras hablaban de eso, yo pensaba en dos cosas: 1) Era la primera vez, en mucho tiempo que escuchaba y hablaba sólo de negocios y no de política y 2) Que aunque en este momento, en México todo se parece a la política, todo aquello que vemos como tal, puede transformarse en negocio. Y así sucede en el tema de la credencialización.
Con las redes sociales, la comunicación se volcó a través de ellas. Esperamos que hagan magia y puedan hacer que todos compren, cambien de opinión, se vuelvan “fans” de un equipo o se pronuncien a favor o en contra de una idea; y que se movilicen por algún post que vieron en internet.
Sin embargo, y aunque múltiples artículos, influenciadores y hasta el Presidente nos hagan creer que no existe nada más allá de las “benditas redes sociales” hay temas que requieren del involucramiento real y directo con las audiencias.
La relación con el capital humano es un acto que debe ir más allá de una plataforma de medios digitales para lograr los objetivos de negocio y para el desarrollo de los colaboradores interna y externamente, y hacer un mejor país.
En el tema de credencialización debemos salirnos de nuestra presunción de que sólo comunicando por medio de redes sociales lograremos que los mexicanos mayores de edad tengan actualizada su credencial de elector. Debemos hablar con cada persona explicarle y convencerla de la necesidad de tener actualizada su credencial del INE.
Estamos en el momento correcto, preciso y oportuno para hablar de este tema, más allá del acto cívico y democrático de votar la credencialización tiene aspectos políticos, económicos y sociales.
Es un acto social, pues al llamar uno a uno a cada colaborador para corroborar si tiene vigente su credencial de elector, nos permite acercarnos a él desde una perspectiva más allá de la laboral.
Es un acto económico, porque con la actualización de la credencial también renovamos las bases de datos de la empresa, confirmamos datos personales y damos la herramienta que da paso para todos los efectos legales: abrir cuentas, pedir préstamos, comprar casa, firmar escrituras, y hasta registrar hijos.
Es un acto cívico y democrático. Nos da la posibilidad de elegir y ser elegidos y sobre todo de participar en las decisiones de nuestro entorno y de nuestro país.
Puede convertirse en un acto heroico. Ante la inseguridad, secuestros y desapariciones, la única base fidedigna, completa y mayor cantidad de datos es la del INE. Tener la credencial actualizada permite -y esperemos que nunca nos pase – identificar a esas personas sujetas de alguno de estos horrorosos crímenes.
Ante la efervescencia política, los mexicanos tenemos hasta enero de 2024 para actualizar nuestra credencial del INE.
No seamos egoístas, participemos por el bien de todos en la credencialización. Es algo que nos merecemos.