Autor: José Medina Mora Icaza
Después de un año 2017 de contrastes en el que constatamos la resiliencia de la economía mexicana ante la amenaza de que terminará el TLCAN; de una subida de las tasas de interés; de un sismo que mostró lo mejor que tenemos los mexicanos, la solidaridad; de un año récord en generación de empleos con 1.3 millones; de una inflación al alza con 6.7% y un tipo de cambio volátil. Inicia el 2018, un año de cambios económicos y políticos para México, lo cual influye en que las perspectivas de crecimiento sean bajas, oscilan entre un 1.5% y un 2.2%.
Existen diversos factores externos e internos que podrían impactar dicho crecimiento. Uno de los principales factores es la renegociación del TLCAN. Proceso que formalmente inició en agosto de 2017 y que en estos meses se deberá definir. Incluso, esta semana se realizará la 6ta ronda de negociaciones en Canadá, debemos permanecer atentos a lo que ahí suceda, esperamos que los negociadores mexicanos se mantengan firmes en su postura y no cedan ante las presiones del gobierno estadounidense.
Otro factor que influirá será la aplicación de la reforma fiscal estadounidense; es necesario hacer cambios para que México mantenga su competitividad. Influirán también, los posibles ajustes en tasas de interés que hagan tanto la FED como BANXICO en estos primeros meses.
Otro acontecimiento que impacta las perspectivas económicas es el proceso electoral que se realizará el 1° de julio de 2018, el cual será uno de los más trascendentes de nuestra historia, con la posibilidad de tener cambios significativos en el modelo de país. Es importante cuidar el proceso y garantizar un ejercicio democrático efectivo.
La mejor perspectiva es ver al 2018 como el año para fortalecer a México y a sus instituciones. Es necesario abordar los retos importantes, como garantizar la seguridad; cerrar el paso a la corrupción consolidando el SNA y los sistemas estatales anticorrupción; reducir la pobreza y desigualdad, cambiando el modelo de los programas sociales; aplicar la desregulación de trámites que inhiben la inversión; reducir el gasto público haciéndolo eficiente y eficaz.
Esto nos permitirá tener un país más sólido frente a la volatilidad internacional y a la vez más atractivo para la creación y el desarrollo de empresas.
El entorno económico y político para México en 2018 es incierto. Sin embargo, lo más importante es lo que hagamos por nosotros mismos. México nos necesita comprometidos y participando. Los invito a ser optimistas y a aportar cada uno en su entorno para que el 2018 sea un gran año para México.