Artículo de opinión escrito por Ximena Céspedes, Presidenta del Comité de Difusión de Coparmex | Vía @elsolde_mexico
Twitter: @XimenaCespedesA
Hace poco vi el video del discurso de Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, en el Foro de Davos 2024, en el que urgía a los países del mundo a colaborar y reconstruir la confianza para poder hacer un frente común ante los retos globales.
Mencionaba que “no es un tiempo para conflictos o polarización, sino tiempo para construir confianza. Para colaborar de manera global, aún más que antes, porque requerimos respuestas inmediatas y estructurales para hacer frente a los desafíos globales”.
Creo firmemente en eso, pero voy un poco más allá. Para poder lograrlo se requiere de algo que la sociedad sabe que existe, pero que pocos saben “cómo se come”: la empatía.
De acuerdo con algunas definiciones, la empatía es la capacidad de “comprender y compartir las emociones de los demás, a través de ponernos en la perspectiva del otro, no de la nuestra”. Es decir, es la posibilidad de ponernos en los zapatos de otro.
En un análisis sobre el concepto de empatía en redes sociales, nos encontramos con los siguientes temas positivos relacionados: solidaridad, respeto, persona, amor, vida, sociedad y sentir.
Sin embargo, en los negativos encontramos: tragedia, Acapulco, mujeres, presidente, gobierno y poder.
En la cabeza de las redes sociales, significa que existe el propósito de generar empatía entre los mexicanos, que la tenemos presente, pero que a su vez desde el Gobierno, el poder, y de paso el presidente, no se está incentivando ni generando, lo que a la larga desmoraliza y frustra a la audiencia sociodigital. Un ejemplo de ello es lo que está pasando en Acapulco o con las madres buscadoras.
Esto nos deja en una posición en la que, a pesar de que desde el poder no se ejerza, la ciudadanía misma, desde las empresas y desde nuestros hogares, la impulsemos.
Pero la empatía no se genera si no empezamos desde cada uno de nosotros:
- Haciéndonos responsables de nuestro entorno, y no culpando a nadie de lo que nos pasa. Esto incluye temas como votar en las elecciones.
- Eliminando prejuicios y patrones de ideas concebidas. Todos los puntos de vista son válidos, solo tenemos que ampliar nuestra capacidad de oír y entender.
- Adaptándonos al ritmo de los demás y colaborar. No esperar cambiar a los demás sino cambiar desde nosotros mismos.
- Entrenando la gratitud y el optimismo. Aunque es difícil en momentos tan álgidos como los que estamos viviendo, debería ser un mantra que llevemos siempre.
- Siendo ciudadanos. Esto es cumpliendo los deberes y obligaciones y no solo esperar tener derechos.
Desde la empatía lograremos un país menos polarizado, más solidario y, sobre todo, en paz. #OpiniónCoparmex