Articulo de Opinión escrito por Gustavo Almaraz Petrie, presidente del Comité de Estrategia Pública de Coparmex | Vía El Financiero
Twitter: @gustavoalmarazp
Durante el sexenio del presidente López Obrador hemos observado comportamientos que, aunque no han sido exclusivos de esta administración, se han manifestado más clara e intensamente. Ejemplos de ello son la alineación del Congreso y de los Ejecutivos locales con el discurso y la agenda presidenciales, así como la centralización de actividades y proyectos.
Hoy vemos a una oposición desorganizada y con fallas en su modo de conducirse. El mayor contrapeso del actual gobierno no viene de los partidos, sino de la Suprema Corte de Justicia, el Banco de México, los tratados internacionales y de algunos organismos autónomos que buscan defenderse y sobrevivir ante los ataques del Ejecutivo.
Las elecciones en Coahuila y el Estado de México nos dejaron valiosas lecciones sobre el comportamiento de los grupos políticos, los representantes de los distintos niveles de gobierno y de la opinión pública en este camino hacia el 2024.
La autoridad electoral funciona. La legitimidad brindada por la autoridad electoral es una ganancia para la democracia mexicana. En ambos procesos se alcanzó la instalación correcta de casillas, se garantizó una jornada pacífica y se legitimaron los resultados a través del PREP y conteos rápidos, recordando la importancia de contar con un Instituto Nacional Electoral (INE) fuerte y capaz.
La unidad, frente a todo. El fracaso de MORENA en Coahuila mostró la importancia de la unidad al interior de partido, las fracturas internas sin duda se vieron reflejadas en los resultados electorales. Por ello, hoy en el proceso de selección del presidenciable de MORENA se destaca la importancia de mantener unidad, independientemente de las aspiraciones personales de los interesados.
Los ciudadanos usan su voto como mecanismo de castigo. Después de 94 años de dominar el Estado de México, el PRI perdió el control de la entidad. Los ciudadanos saben que el voto es la herramienta para castigar a los gobiernos que no cumplieron, razón por la cual la candidata de la Alianza Va por México no logró dominar las preferencias, sumado a que partidarios del PAN no logran votar por un proyecto que incluye a un partido desgastado como el PRI.
El discurso necesita actualizarse y dirigirse de forma más estratégica. La baja participación electoral fue evidente en ambos comicios. Esto evidencia desencanto y que no basta anunciarse como la continuación del proyecto, ni como lo opuesto a él. Falta conectar con los votantes, proponer escenarios de mejora, invitar a los jóvenes a participar y convencer con resultados a los indecisos.
Lo local importa, y mucho. Las dinámicas estatales y municipales son de la mayor importancia. En el Estado de México, al únicamente haber elección de gobernador, hizo falta el arrastre de los candidatos a diputaciones o presidencias municipales, quienes con sus campañas transmiten en mayor medida el proyecto y la visión de un partido o alianza.
El papel del empresariado es sustantivo en todo momento. El sector privado es responsable de dar seguimiento y complementar las propuestas de gobierno. Por ello las empresas, cámaras y asociaciones tienen que anticiparse a los procesos electorales, crear canales de comunicación eficientes; definiendo prioridades, metas, ejes de acción y propuestas específicas para los futuros gobernantes.
Los partidos más pequeños tienen un rol clave. La clara polarización entre MORENA y la alianza PRI-PAN-PRD, permite que los partidos pequeños cobren importancia. Es el caso del PT y el PVEM, cuya suma de votos en ambos procesos fue mayor a la del PAN, por ello para MORENA hoy son sumamente importantes. Aunque MC se retiró de los procesos, es una fuerza política nacional relevante y capaz de adquirir votos de quienes no encuentran respuestas en los partidos tradicionales.
Las reflexiones de la actual administración, sumadas a los recientes procesos electorales, nos brindan aprendizajes relevantes para el 2024. El INE estima que el padrón electoral ronde los 97 millones de ciudadanos quienes definirán 20 mil 229 cargos de elección popular, ello significa la totalidad de la reconfiguración del mapa político de México.
Debemos actuar para garantizar que en el camino rumbo a 2024 encontremos una representación plural, autónoma y cercana a nuestra realidad; procesos transparentes, focalizados y de respeto a las instancias públicas encargadas, así como una mayor participación ciudadana en favor de la construcción de una sociedad democrática y con mayor representación.