Artículo de opinión escrito por Carlos Villaseñor Franco, Vicepresidente Nacional de Finanzas en Coparmex vía: @SinEmbargoMX
X:@CarlosD_VF
“Mi interés no es el de confrontar las propuestas de los candidatos que definen sus estrategias políticas en materia ambiental, si es analizar el discurso y ver qué posibilidades y responsabilidades hay que asumir”.
Hace unos días celebramos el Día de la Tierra: “El planeta contra los plásticos”, y es que de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el objetivo es alcanzar una reducción de 60% en la producción global de plásticos para el 2040. Y este, como otros objetivos de la ONU, me pone a evaluar como persona, como empresario y como ciudadano, el compromiso que estamos asumiendo para lograrlo.
Y bueno, estamos en un momento crucial en nuestro país para trazar rutas de compromisos ambientales, pues a casi dos meses del inicio de las campañas electorales, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, deberían dejarnos claros sus respectivos proyectos de nación, en este y otros temas.
Centrándome en sus debates y en las propuestas para el cuidado de medio ambiente, me gustaría decir que hay grandes ideas, pero hasta hoy la candidata por Morena focalizó sus esfuerzos hacia fortalecimiento de la Comisión Nacional del Agua y recordando que es un derecho humano, y un recurso estratégico para el desarrollo social y económico del país, no está mal, pero hay más frentes que abordar tan sólo en el tema hídrico nacional, como estrategias de captación de agua, uso, regulación y tratamiento. Vivimos en un país con un recurso abundante y cada vez es menos el volumen que podemos utilizar.
Por su parte, la candidata que representa la unión política de Fuerza y Corazón por México, mencionó como prioridad el acceso al agua, más infraestructura de abasto, reparación de fugas y la reutilización de aguas residuales en zonas urbanas, así mismo ha manifestado que México alcance las cero emisiones netas de carbono para el año 2050. Esto último es atractivo, más cuando actualmente los esfuerzos energéticos y un capital millonario se han centrado en una refinería, fortaleciendo los combustibles fósiles, mismos que nos alejan de tendencias mundiales hacia las energías renovables.
El candidato de Movimiento Ciudadano ha hablado más del desarrollo sostenible y de la energía eléctrica renovable en estados claves como Oaxaca, Zacatecas, Tamaulipas y Yucatán.
Como ejemplo de eficacia de otros países destacan Estocolmo, que ha optado por limitar la expansión urbana descontrolada, diseñando ecodistritos sostenibles que apuestan por captar las aguas pluviales y purificarlas, así estanques y techos verdes que reducen la carga para las plantas de tratamiento. Israel, con el mejor manejo del agua en el desierto a nivel mundial, desarrolla sistemas que se basan en la conservación del agua, la desalinización del agua de mar y el uso del agua reciclada para cultivos mediante microirrigación en sus cultivos sin inundar los campos.
Si bien, mi interés no es el de confrontar las propuestas de los candidatos que definen sus estrategias políticas en materia ambiental, si es analizar el discurso y ver qué posibilidades y responsabilidades hay que asumir. Como empresario he sido enfático en el uso de la tecnología para la reconversión de los polímeros como mi materia prima, es decir, el reciclaje del PET, así como el uso y tratamiento eficiente del agua me han permitido generar empleo e impactar en el desarrollo social; pero debo decir que ha sido más por iniciativa personal, porque a la fecha, no existen como tal incentivos que nos motiven a sumarnos a tendencias o estrategias ambientales nacionales, no hay una ruta clara.
México nos necesita con ideas que apuesten al medio ambiente, con técnicas innovadoras en todos los giros industriales, en los campos, en las actividades pecuarias, en el desarrollo urbano; el país nos necesita activos en este tema y el planeta nos necesita como ciudadanos responsables. #OpiniónCoparmex