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Impuestos en abonos, alternativa moral para salvar a las mipymes

Articulo de opinión escrito por José Alberto Castro Vera, empresario y preside el comité de Política; y Juvenal Lobato Díaz es abogado y preside la Comisión Fiscal de Coparmex nacional | vía Milenio

Twitter: @joseACV7@jlobatod

En México covid-19 no sólo provocó una crisis socioeconómica, sino un antagonismo político económico. Por un lado, las empresas mexicanas exigen apoyos gubernamentales; por otro, el presidente Andrés Manuel López Obrador rechaza aportarles recursos fiscales. Nosotros creemos que hay una alternativa.

La pandemia generó múltiples estragos en el mundo, pero en México se agravaron. Veamos tres indicadores: Más de un millón de micro y pequeñas empresas cerraron (20.8 por ciento), de mayo de 2019 a septiembre del año pasado. En cuanto al empleo, entre marzo y julio de 2020 se perdieron un millón 117 mil 584 empleos formales (equivalente a la población de Nayarit); y de acuerdo con cifras de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) México fue el país donde más creció la pobreza extrema al pasar de 10.6 por ciento previo a la crisis, a 18.3 por ciento al final del año anterior.

La llegada de covid-19 a México era inevitable, pero no el disparo en pobreza, desempleo y bancarrotas. Diversas instituciones financieras atribuyen las quiebras a la falta de apoyos fiscales o facilidades por parte del gobierno federal para conservar fuentes de empleo y proteger el ingreso familiar. Las ayudas variaron de un país a otro; los dos extremos fueron Nueva Zelanda que, con una población equivalente a Michoacán, destinó 18.6 por ciento de su PIB y México sólo 0.6 por ciento.

Para comprender los apoyos gubernamentales, analicemos el caso de Alemania. Este país implementó un programa llamado Kurzarbeit (“empleo temporal” en español), que ha sido fundamental para mantener su planta laboral estable durante la pandemia. Éste consiste en que a los emprendedores, para que no despidan a sus trabajadores, se les permite que les reduzcan sus horas laborales y el gobierno les paga 60 por ciento de su sueldo.

Si lo que el presidente López Obrador no quiere es aportar recurso fiscal a las empresas, lo menos que podría hacer es dotarlas de facilidades. Así, el gobierno podría convertir el pago de impuestos (IVA, ISR, IMSS, etc) en abonos, haciendo una pausa a los pagos fiscales –desde moratorias hasta embargos– durante 2020 y 2021. El objetivo central sería brindar facilidades de pago parcializado entre 3 a 5 años y acotarlo a mipymes, o bien escalarlo de acuerdo con el tamaño de la empresa.

Un programa de esta naturaleza, no implicaría una aportación gubernamental, sino una simple reestructuración fiscal. Además, se trata de una posibilidad que está contemplada en la ley mexicana. El artículo 39, fracción I, del Código Fiscal de la Federación autoriza al Presidente de la República a que en situaciones extraordinarias, como una epidemia, permita mediante “resoluciones de carácter general” (léase decretos), el pago de contribuciones a plazos o en abonos, ya sea diferidos o en parcialidades.

Se trata de una facultad que, si bien de manera tradicional se asocia únicamente a contribuciones “omitidas” (léase créditos fiscales determinados por las autoridades; artículo 66 del Código Fiscal de la Federación) no existe, lisa y llanamente, ningún impedimento legal para que se aplique al pago de contribuciones, como las que derivan de la presentación de las declaraciones normales de impuestos, provisionales o anuales.

Regresando a Alemania, el programa Kurzarbeit ha generado resultados impresionantes. Durante la pandemia su PIB del segundo trimestre de 2020 cayó 10 puntos pero su tasa de desempleo prácticamente se mantuvo. En cambio, el año pasado el PIB en México no sólo cayó 8.2 por ciento, sino que el Inegi reportó que 42 por ciento de la población ocupada redujo su jornada laboral; 46 de cada 100 tuvo caída en sus ingresos; y en 3 de cada 10 hogares reportaron que algún miembro de la familia perdió su empleo.

Si el presidente rechaza otorgar apoyos fiscales por un supuesto impedimento legal y por tratarse de una aportación gubernamental, el programa “Impuestos en abonos” eliminaría por completo ambas inquietudes. Este programa sería una alternativa potencial por tres razones:

1) es una figura ya contemplada en la ley,

2) faculta al presidente para realizarla,

3) no implica una aportación gubernamental, sino una simple reestructuración fiscal.

En suma, la implementación del “Impuestos en abonos” no busca condonar o perdonar el pago de impuestos. No. Busca facilitar su pago. Y con ello, reabrir empresas, crear empleos formales y abatir la pobreza.

Para las micro y pequeñas empresas, cumplir con sus contribuciones es una obligación legal. Para el presidente, debido a la pandemia, ayudarlas a hacerlo en abonos, tendría que ser una obligación moral, ¿decidirá tomarla?

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