Artículo de opinión escrito por Fernando Sánchez Argomedo, Presidente de la Comisión Nacional de Innovación Empresarial de COPARMEX | Vía @elsolde_mexico
Twitter: @fsargomedo
Estamos terminando el 2023 en medio de una tremenda ola de hechos mediáticos que ponen a nuestro país frente a una serie de encrucijadas, retos, por no llamarle amenazas y oportunidades que todo los empresarios debemos considerar.
Profundizando en el obligado análisis del entorno, como lo hicimos en el Encuentro Nacional COPARMEX que se realizó el mes pasado, abordamos los tres entornos: el político, el social y el económico.
En el político, las noticias y los hechos no dan tregua; todos los días escuchamos declaraciones, dimes y diretes que nos recuerdan que estamos frente a una de las más importantes elecciones de nuestra historia.
Es una reverenda porquería y, por lo que se ve, al final de cuentas estaremos viendo un escenario que nos llevará a los ciudadanos a tomar una decisión entre dos proyectos. Por un lado, la continuidad propuesta por la 4T y el que pretende ser el nuevo sistema político encabezado por su caudillo, el mismísimo Presidente de la República, y por el otro, a la oposición que en otra época fueron también parte del sistema, mismo que en su momento fue rechazado sobre todo por la corrupción, teniendo que presentar una cara nueva con una propuesta que parece ser algo diferente, porque en México nunca ha habido un gobierno de coalición entre 3 partidos políticos.
Dos propuestas que definitivamente nos pueden llevar por caminos muy distintos, con muchas similitudes, pero en las diferencias sí habrá algunas de gran relevancia. En un primer análisis, muy simplista, estaremos jugándonos entre una propuesta centralista autocrática que no es tan nueva para México o un gobierno con toques tecnocráticos y una propuesta de nación que estaría por verse para limpiar un pasado de corrupción que pesa sobre ellos.
Pero en este escenario político, lo esencial es comprender nuestro papel como únicos dueños de la decisión; cada quien debe ser consciente de que el voto es nuestro y la decisión es nuestra.
En el ámbito social, duele mucho ver la gran degradación que hemos seguido viendo por la presencia cada vez más agresiva del crimen organizado. También el crecimiento de la pobreza extrema y la desigualdad social que se ha ampliado más porque los ciudadanos no alcanzan a recibir los beneficios que pretende hacer llegar el gobierno a través de sus programas sociales. Esto los aleja más de las oportunidades ante la aparición también de nuevas tendencias como la inteligencia artificial y realidades que hacen que el trabajo requiera cada vez más capacidades.
Por último, en el entorno económico hay enorme ambivalencia ya que la economía mexicana, a diferencia de las de otros países, se mantiene creciendo a un ritmo muy aceptable. Esto se debe principalmente a dos factores fundamentales, las remesas y la inversión directa, sobre todo de la construcción que está preparando la llegada de las empresas trasnacionales debido al llamado nearshoring. Desafortunadamente, esto no beneficiará a todos los mexicanos.
Seguiremos reflexionando y profundizando sobre estos enormes retos que enfrentamos los mexicanos y que nos implican asumir un rol de protagonistas. Los empresarios y los ciudadanos debemos tomar el control en nuestras manos y ser muy claros en la definición del rumbo.