Artículo de opinión escrito por: Juan Rodrigo Moreno González | Consejero Delegado para T-MEC de Coparmex | Vía: Sin Embargo.
El nearshoring es una estrategia comercial de relocalización a partir de la cual las empresas trasladan sus operaciones de fabricación y servicios a países cercanos a su mercado destino, con el propósito de integrar cadenas de suministro más eficientes y resilientes. En los últimos años, México se ha convertido en uno de los principales destinos para albergar este fenómeno. Según el informe “Nearshore Services Market Report: 2020-2025”, se espera que el mercado de nearshoring en México alcance los 9 mil 100 millones de dólares en 2025.
El nearshoring puede ser un instrumento para generar empleo e inclusión laboral, aprovechar las ventajas competitivas y las economías de escala de los países receptores, fomentar la innovación y la productividad, transferir tecnología y conocimiento, así como fomentar la integración económica regional. Sin embargo, existe gran preocupación en el ámbito empresarial en torno a las políticas domésticas que México debe adoptar para verdaderamente beneficiarse del nearshoring y lograr un desarrollo inclusivo que permita combatir la pobreza y la desigualdad.
En este sentido, es necesario adoptar un enfoque integral que aborde las causas estructurales de la desigualdad, incluyendo políticas como las siguientes:
- Incentivar la inversión hacia regiones menos desarrolladas: Fomentar que las inversiones se distribuyan de forma más equitativa en todo el país.
- Promover la formación y el desarrollo de habilidades: Invertir en la formación técnica mediante programas especializados.
- Fortalecer normas y estándares laborales, ambientales y regulatorios: Garantizar que las empresas cumplan con normas laborales, ambientales y en materia de “compliance”, instrumentando mecanismos de control y supervisión.
- Integración de PYMEs en cadenas de suministro: Fortalecer a las PYMEs para que puedan establecer relaciones sólidas con mercados internacionales y puedan cumplir con requerimientos financieros, técnicos y normativos.
- Cumplir con estándares internacionales: Por ejemplo, el T-MEC, entre otros, incluye disposiciones para proteger y promover los derechos laborales y para promover la integración regional y la cooperación económica.
Si bien es cierto que el nearshoring tiene el potencial de ser un catalizador para el desarrollo económico y social, no menos cierto es que presenta importantes desafíos. El primer desafío incuestionable es la seguridad. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), reportó que el número de homicidios dolosos en México repuntó un 4.23 por ciento anual en el primer bimestre de 2023, equivalente a 4 mil 882 asesinatos en total. La inseguridad afecta la percepción de los inversionistas, lo que hace indispensable adoptar una estrategia de gran calado que permita combatirla frontalmente y prevenir la violencia y el crimen.
Un segundo desafío es la inversión en infraestructura. México ocupa el lugar 54 de 141 países en el Pilar de Infraestructura del Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial del 2019. El Gobierno de México debe promover e invertir en proyectos de infraestructura estratégicos, enfocados en atender la demanda específica que representa el fenómeno global de relocalización de empresas.
Un tercer desafío es la falta de diversificación y dependencia económica de los Estados Unidos. La cercanía con nuestro socio comercial más importante ha sido una ventaja para la inversión extranjera y el comercio internacional, pero también ha generado que la economía mexicana sea vulnerable ante las fluctuaciones del mercado estadounidense. México debe fomentar la integración comercial con otros mercados y diversificar su economía global.
El nearshoring representa una oportunidad única y circunstancial para el desarrollo económico y la redistribución de la riqueza en México. Puede mejorar la calidad de la fuerza laboral y permitir que las empresas locales compitan en el mercado global. Sin embargo, los desafíos antes mencionados, aunado a un sólido Estado de Derecho que brinde certidumbre al comercio y la inversión, son retos que deben ser atendidos de forma inminente y prioritaria para garantizar que el nearshoring contribuya a un desarrollo económico inclusivo en México.