Artículo de opinión escrito por: Jaleyna de la Peña | Consejera Delegada de Coparmex para Unicef | Vía: Mileno.
Twitter: @jaleynadelapena
“Que tus sueños sean más grandes que tus miedos” es una frase recurrente que decimos a los niños tratando de alentarlos a no rendirse y a siempre luchar por alcanzar los anhelos de su corazón.
Pero… ¿Está frase aplica para todos? Eso debería ser. Incluso más que una frase debería ser reconocida como un derecho inalienable, porque los sueños y los anhelos de una vida mejor no conocen de fronteras, de condición social o de estatus migratorio.
De acuerdo a estimaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en 2022 existían en el mundo 37 millones de niños y niñas refugiados, migrantes o desplazados por razones de violencia, conflictos armados, desastres naturales, pobreza e inestabilidad económica, entre otros. Algunos de ellos viajando con sus familias y otros completamente solos.
Particularmente en México, el Instituto Nacional de Migración (INM) reportó que del 1 de enero al 24 de marzo de 2023 realizó la detención de 34 mil 489 niñas y niños migrantes, 2 mil 429 de ellos viajaban solos.
En este contexto, y a modo de antesala a la celebración del Día del Niño en México, y a razón de los devastadores acontecimientos que se han generado en el país entre la comunidad migrante, es necesario reflexionar sobre lo que como sociedad y como país ofrecemos a esta población vulnerable.
México siempre se ha caracterizado por su calidez humana y por ser un país que brinda oportunidades para todos. En materia migratoria siempre se ha pronunciado por una política abierta y humana. Sin embargo, los hechos distan mucho de la retórica institucional, sobre todo en lo que respecta a la atención y protección de la niñez no acompañada.
La legislación internacional, entre la que se incluye el Pacto Mundial para la Migración y el Pacto Mundial para los Refugiados, establece que migrar es un derecho que debe ser respetado y con ello los países receptores deben ser garantes de la protección y salvaguarda de la población migrante.
La niñez en condiciones de movilidad, particularmente la no acompañada, sufre de discriminación y violencia; Algunos lamentablemente son víctimas del crimen organizado y de la trata de personas. En casi todos los casos viajan con hambre, sed y expuestos a condiciones climatológicas severas. Muchos de ellos enferman y no cuentan con acceso a servicios de salud.
Todos ellos viajan con la esperanza de un futuro más promisorio.
Por tanto, las autoridades en todos los niveles deben garantizar, conforme a derecho y de acuerdo a los compromisos internacionales asumidos, un tránsito seguro, que permita salvaguardar su integridad física, mental y emocional. Deben ser protegidos ante cualquier amenaza, se debe privilegiar la unidad familiar y en ningún momento deben ser detenidos ni separados de su familia.
Los niños y niñas en tránsito deben contar, de acuerdo con los instrumentos jurídicos internacionales de derechos del niño y de las recomendaciones de Unicef, con igualdad de derechos y oportunidades; deben ser reconocidos como niños ante todo con el derecho a la protección y el desarrollo; se les debe garantizar el acceso efectivo a los servicios sociales indispensables, sobre todo en materia de salud y educación, y se les debe de proteger contra la xenofobia y discriminación.
La protección de la niñez migrante representa uno de los mayores retos en México. Como país debemos impulsar la implementación de políticas públicas, de la aplicación de protocolos de resguardo y cuidado necesarios para un tránsito digno, seguro y justo.
Como sociedad debemos sensibilizarnos ante la problemática, y abogar por la nula presencia de niños y niñas en estaciones migratorias. Solo de manera conjunta, sociedad y gobierno, podremos garantizar que cada uno de ellos alcance sus sueños, transite sin miedo y mantenga firme su esperanza de una mejor calidad de vida.
#OpiniónCoparmex.