Artículo de opinión escrito por Lydia Nava Vázquez, Vicepresidenta de Desarrollo Social de Coparmex
Desde el sector patronal se ha celebrado el acuerdo tripartito logrado el pasado 1 de diciembre, donde en conjunto y a través del diálogo entre autoridades, colaboradores y patrones, seguimos impulsando una política salarial en beneficio de los sectores más vulnerables de nuestra población.
En reunión de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) se acordó que el salario mínimo general pasara de 141.70 pesos a 172.87 pesos para el 2022, integrando un incremento en función de la inflación de 9% y un Monto Independiente de Recuperación de 16.90 pesos. Es de destacar que este monto corresponde a la propuesta hecha por el sector patronal.
Hoy vale la pena recordar que en el año 1995, Carlos Abascal entonces presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), en conjunto con Fidel Velázquez, secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), buscando dar fin al conflicto permanente entre trabajadores y empresarios, sentaron las bases orientadas hacia una nueva relación laboral, reivindicando el valor del trabajo y la dignidad de las personas, a través del documento “Por una nueva cultura laboral”.
Cabe señalar que en dicho documento invitaban a una cultura de “unidad de esfuerzos y no a la lucha de clases”, además se buscaba propiciar niveles de remuneración justos y equitativos. Todo lo anterior con el objetivo de construir una nueva relación, buscando el bien común y el beneficio compartido.
En la Declaración de Principios y Valores de la COPARMEX se establece que: “El ser humano, por naturaleza, es principio y fin de toda la vida política, social y económica y la empresa debe organizar el trabajo del hombre de tal manera que le permita la subsistencia decorosa y propia elevación y la de su familia, por el trabajo productivo y el ejercicio de la iniciativa personal”. La remuneración debe ser justa, considerando a la persona en su integridad como origen, centro y fin de toda vida social y económica
La Nueva Cultura Laboral es un proceso continuo, y es una realidad.
La COPARMEX en el año 2016 puso en marcha el camino hacia una “Nueva Cultura Salarial”, logrando en primer término desindexar el salario mínimo de los cargos de servicios, multas o créditos hipotecarios e introducir la herramienta del Monto Independiente de Recuperación (MIR), logrando con ello reducir los posibles efectos inflacionarios de dicho incremento.
En el año 2019 finalmente se logró que ningún trabajador en la formalidad viviera en condición de pobreza, consiguiendo que el salario mínimo cubriera la línea de bienestar individual, con ello durante el 2020 y 2021 el salario mínimo ha superado en un 24 por ciento la línea de bienestar individual definida por el CONEVAL.
El Observatorio de Trabajo Digno de “Frente a la Pobreza” demostró que el 66% de la población ocupada tiene un ingreso laboral inferior al costo de dos canastas básicas, y que incluso el 61% de las personas con trabajo asalariado no ganan lo suficiente para pasar el umbral de pobreza. Un total de 19.3 millones de personas trabajan, pero siguen siendo pobres.
La política salarial propuesta por COPARMEX tiene una visión a largo plazo, promueve la formalidad, así como satisfacer las necesidades de los colaboradores. La meta establecida para el 2024 es llegar a la línea de bienestar familiar, considerando que con el ingreso de dos personas que trabajan en la formalidad, una familia promedio mexicana de 4 personas pueda satisfacer necesidades alimentarias, así como transporte, vivienda, educación y vestido.
Según datos de CONEVAL, la inflación durante el tercer trimestre de 2021 ha dejado alrededor de 1.2 millones de personas sin percibir el ingreso suficiente para adquirir la canasta básica alimentaria.
El reto es mayúsculo, enfrentamos nuevos desafíos para hacer válida la “Nueva Cultura Salarial”; reducir la desigualdad no es tarea fácil, es por ello que la COPARMEX ha invitado a las empresas afiliadas a no esperar al 2024 para lograr que sus colaboradores alcancen con su salario la línea de bienestar familiar.
Es momento de replantear nuestra realidad. Ante la crisis económica, la inflación, la lucha diaria por la recuperación de empleos formales, asumamos nuestra responsabilidad de promover una vida digna en cada uno de los colaboradores, respetar cada uno de sus derechos, impulsando una Nueva Cultura Salarial que nos permita ser parte de los círculos virtuosos del desarrollo integral de cada persona y de sus familias.