Artículo escrito por Lorena Jiménez, Presidenta del Comité de Federaciones de #Coparmex vía Excélsior
Hace unos meses, la banda de rock Molotov lanzó una canción llamada No olvidamos, en la que, de una manera casi magistral, nos recordaron diversos sucesos que marcaron la vida de los mexicanos durante las administraciones de nueve presidentes de nuestro país, incluido el actual mandatario.
Más allá de la crítica y polémica musical, me parece que hacer un ejercicio de memoria no nos caería mal a los mexicanos y mexicanas, porque, ante determinados sucesos, nos indignamos, nos enojamos, criticamos, pero pasa el tiempo y todo se va a la caja del olvido, de la indiferencia, de la apatía y, lo que es peor, de la impunidad.
Dicen que aquel pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla y, desafortunadamente, parece que, de manera cíclica y sistémica, volvemos a cometer una y otra vez los mismos errores; es decir, no aprendemos ni atendemos las lecciones.
Llegan a mi mente casos como el de Tadeo, Debanhi, Yolanda, los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, los 72 migrantes asesinados en San Fernando, en Tamaulipas, el caso Atenco, las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, los pasajeros fallecidos en la Línea 12 del Metro, los más de 95 mil desaparecidos en los últimos años, las 11 mujeres asesinadas diariamente, los 26 migrantes mexicanos que murieron en la caja de un tráiler en Texas y un largo etcétera. ¿Cuántos de estos casos ya olvidó usted?
Una larga lista negra que podría continuar y llenar muchas páginas. Una lista negra que indignó a toda la sociedad en su momento, pero después de un tiempo ya pasó a esa caja del olvido que les mencionaba.
En el tema particular de la violencia, veo con preocupación y tristeza que, en tanto esa lista negra crece, así crece la insensibilidad y falta de empatía por parte de las autoridades, pero lo que es peor, por parte de la sociedad, y ésa es una muy mala noticia.
Y es que la violencia no debería normalizarse bajo ninguna circunstancia. Todas estas historias de dolor y terror deberían causarnos la mayor de las indignaciones, pero, sobre todo, deberían generar acciones urgentes para atender el origen de estos episodios tan dolorosos que se viven diariamente en nuestro país. Tal parece que somos una sociedad adormecida e insensible que ya no le importa nada de lo que suceda a su alrededor.
Un país que normaliza estas noticias habla de una sociedad fría que tolera y acepta la violencia; no es posible que lo que está pasando en nuestra nación no nos lleve a una movilización social masiva y organizada que produzca cambios profundos. No nos podemos quedar inertes.
Y ejemplos de que sí puede haber cambios hay varios, como la Ley Olimpia y la Ley Ingrid, por citar sólo algunos.
Es momento de dejar de echar culpas al pasado y atender de manera prioritaria los asuntos urgentes de nuestro México, de este país que es de todos y no sólo de aquellos que apoyan una u otra ideología política. Es momento de insistir en una agenda colectiva, entre los gobiernos y la sociedad en su conjunto, para atender y solucionar de raíz esos problemas que aquejan a nuestra nación.
Es momento de garantizar los derechos fundamentales de los niños, niñas, mujeres, migrantes; es momento de fortalecer nuestra democracia a partir de instituciones autónomas sólidas; es momento de combatir realmente la corrupción y no sólo en el discurso; es momento de elevar las posibilidades de nuestro sector educativo. Es momento de garantizar la libertad de expresión y el trabajo de los periodistas.
Es momento de proteger la salud de toda nuestra nación y de combatir las desigualdades sociales y económicas que existen. Es momento de luchar por la seguridad. Por amor a nuestro país, es momento de actuar ya y, por supuesto, de no olvidar para no repetir los mismos errores.