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Urgen apoyos para empleos formales y para micro, pequeñas y medianas empresas tras implementación tardía de semáforo rojo en CDMX y Edo.Mex.

  • Esta es una medida necesaria, pero que llega tarde, y que sin ir acompañada de medidas de mitigación económica, generará desempleo y cierre de negocios.
  • Aunque apoyamos la medida, sostenemos que la misma no debe de ser restrictiva para ciertos sectores industriales y comerciales, diferenciando lo público de lo privado

La Ciudad de México y el Estado de México regresarán al color rojo del semáforo de vigilancia epidemiológica ante el repunte de contagios, hospitalizaciones y decesos por coronavirus SARS-CoV-2 (que causa la enfermedad COVID-19). El nuevo confinamiento por semáforo rojo en el Valle de México demuestra el fracaso de la gestión sanitaria y económica de la pandemia, poniendo en riesgo de muerte a más de 10 mil empresas en la capital de la República.

La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) advierte que el nuevo cierre de actividades consideradas arbitrariamente no esenciales, hace evidente la importancia de que los gobiernos, entre ellos el Federal, el de la CDMX y el del EDOMEX, hagan suyas las propuestas que hemos hecho desde el Sector Empresarial, entre ellas la de generar apoyos directos para el mantenimiento de los empleos y las empresas formales.

Estos apoyos deben tener como finalidad preservar los puestos de trabajo y las fuentes de ingreso para las familias de los empleados.

En la Ciudad de México, durante el periodo de confinamiento (marzo a julio), se perdieron 189 mil 956 empleos formales. Esto es 6 por ciento de todo el empleo formal que había en la entidad previo al COVID-19. Mientras que en agosto y noviembre se recuperaron 52 mil 643 empleos. Esto es solo el 28 por ciento de todos los empleos perdidos. Por lo que aún hay 137 mil 313 empleos formales por recuperar. La pérdida de fuentes de ingresos para las familias en el sector informal también es grave.

Por su parte, el Estado de México perdió 59 mil 402 empleos formales durante el confinamiento. Entre agosto y noviembre había logrado recuperar 39 mil 824 empleos. Esto es solo el 67 por ciento de los empleos perdidos, por lo que aún quedan 19 mil 578 empleos sin generarse.

En cuanto al cierre de empresas, sabemos que desaparecieron el 20 por ciento de las micro, pequeñas y medianas empresas en la Ciudad de México y el 21 por ciento en el Estado de México. Estas son alrededor de 203 mil 773 empresas, es decir, el 20 por ciento de las MiPyMEs que desaparecieron en todo el país.

Desde el comienzo de la emergencia, la COPARMEX propuso al Gobierno Federal y a los locales, implementar una serie de medidas, como fueron los Remedios Solidarios, no sólo para proteger a las empresas y el empleo, sino para reactivar la economía del país. Sin embargo, no hemos tenido respuesta alguna por parte de la Administración encabezada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador o el de las entidades antes mencionadas.

Insistimos, decretar el semáforo rojo en el Valle de México, es una medida necesaria, pero desesperada, que llega tarde y que pone en evidencia la incapacidad de las autoridades federales y locales para ejecutar acciones más contundentes que evitaran contagios en los espacios públicos, especialmente, en las actividades de la informalidad, que carecieron absolutamente de las medidas básicas. Los resultados están a la vista y hay que tener cuidado de que la prohibición de las actividades no esenciales no termine dañando a las esenciales.

Las empresas formales han atendido y acatado las medidas de protección de la salud, además de que han hecho un gran esfuerzo por mantener, dentro de sus posibilidades, los empleos y cumplir con sus obligaciones fiscales.

El sector empresarial del Valle de México en todo momento ha buscado preservar la vida y la salud de las personas, pero sin apoyos presupuestales o incentivos emergentes desde el Gobierno Federal y los gobiernos locales, podemos advertir un panorama muy grave para los trabajadores formales, para sus familias, así como para los micro y pequeños empresarios en los próximos 3 meses.

En COPARMEX insistimos, el semáforo rojo además de contemplar medidas para preservar la salud, debe estar acompañado de acciones para la mitigación del impacto económico. Está en juego la vida de millones personas y la subsistencia de miles de empresas en riesgo de quiebra.

Estamos seguros que las propuestas que dimos a conocer -como son los Remedios Solidarios- están más vigentes que nunca. Aún es tiempo de salvar a miles de micro y pequeñas empresas si es que estos apoyos se hacen realidad. De no hacerlo, la responsabilidad será enteramente de los gobiernos, y se estará aplazando la recuperación con un costo social muy elevado.

También exhortamos a los diversos órdenes de gobierno a que se mantenga dentro de lo posible la actividad económica que ha demostrado el cumplimiento de los protocolos y la seguridad sanitaria para sus trabajadores.

Es necesario que las empresas continúen trabajando para poder mantener las fuentes de trabajo que se tienen hasta hoy y evitar su cierre definitivo -sobre todo de las PYMES- ya que dicho escenario ocasionará un desempleo alarmante.

Las empresas, negocios y establecimientos mercantiles del sector privado deberían continuar operando, si se toman en cuenta medidas sanitarias adicionales. Se insiste que dentro de lo posible se privilegie el trabajo a domicilio y se reduzcan las actividades operativas, en donde esto pueda hacerse, en función de sus cadenas logísticas.

Cada empresa deberá ir analizando si se encuentra dentro de los sectores prioritarios de la economía para hacer frente a la contingencia, y en caso de que no sea así, deberán tomar las medidas necesarias para el caso de un cierre total temporal, así como tomar medidas de protección patrimonial y seguridad industrial.

Son momentos de solidaridad, de olvidarnos de ideologías y diferencias. Lo primero es la salud de nuestros trabajadores y la subsistencia de las empresas generadoras de empleos.

Hoy más que nunca México requiere de la colaboración de todos, nuestro llamado es a la corresponsabilidad cívica de la sociedad para acatar las medidas de prevención. Este desafío implica que debemos adaptarnos a la Nueva Normalidad, por ello la atención de los protocolos sanitarios debe y exige sea prioridad en todas las actividades que desempeñamos en cualquiera de nuestros roles dentro de esta sociedad, esto es ya sea como academia, empresa, hogar y/o gobierno.

Cada uno debe poner su granito de arena, adoptando las medidas necesarias tales como tapar nariz y boca con cubrebocas, mantener la sana distancia, permanecer en casa, lavar frecuentemente manos y/o usar gel antibacterial, y sobretodo, no asistir u organizar reuniones o fiestas, y evitar en la medida de los posible visitas familiares, ya que puedan representar un mayor riesgo para la salud pública en estos momentos tan críticos. Es responsabilidad de todos fortalecer y dar continuidad a estas medidas que reducen el riesgo de contagios y por consecuencia poder salvar vidas de miles de mexicanos.

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