Artículo escrito por Jaleyna De la Peña, Consejera delegada de Coparmex | Vía: @Milenio
En el tejido de nuestra sociedad mexicana, las niñas y adolescentes enfrentan barreras invisibles que amenazan con limitar sus horizontes y truncar sus sueños. Estos obstáculos, alimentados por estereotipos de género arraigados, encuentran un terreno fértil en nuestras escuelas, familias y medios de comunicación, sembrando dudas y desviando el potencial de las futuras generaciones. Es tiempo de actuar con determinación para desmantelar estas estructuras y abrir el camino hacia un futuro verdaderamente inclusivo y equitativo.
En un mundo donde las oportunidades profesionales no deberían conocer límites de género, las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) emergen como un campo de batalla crucial en la lucha por la igualdad. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), apenas 3 de cada 10 profesionales en áreas STEM en México son mujeres. Este desequilibrio no solo refleja una injusticia flagrante, sino que también representa una pérdida para nuestra economía y nuestra sociedad en su conjunto.
El Modelo de Desarrollo Inclusivo (MDI) es nuestra brújula en este viaje hacia un futuro más justo y próspero. Este enfoque integral reconoce la necesidad urgente de eliminar las barreras que impiden a las niñas explorar y prosperar en campos como la ciencia y la tecnología. Al alinear los esfuerzos del sector privado con este modelo, no sólo impulsamos el crecimiento económico sostenible, sino que también fortalecemos el tejido social al garantizar que todas las voces y talentos sean valorados y aprovechados.
El sector privado, con su capacidad única para innovar y adaptarse, emerge como un aliado estratégico en este imperativo nacional. Las empresas no solo tienen la responsabilidad de fomentar una cultura organizacional inclusiva, sino que también tienen el poder de influir en las políticas públicas y en las comunidades donde operan. Al invertir en programas educativos que fomenten el interés temprano de las niñas en STEM, las empresas no solo aseguran un flujo constante de talento diverso, sino que también cultivan una fuerza laboral más creativa y competitiva.
Para enfrentar estos retos, UNICEF, junto con diversos aliados del ecosistema STEM en CDMX (SECTEI, Tecnolochicas de Fundación Televisa y aliados del sector empresarial como Grupo BMW, Abertis y RCO), organizó “Futuras STEM: Juntas hacia un futuro científico y tecnológico” la primera semana de julio de 2024. Este evento, sin duda, abonará a este tema. Este esfuerzo colectivo demuestra la importancia de la colaboración entre diferentes sectores para abrir nuevas oportunidades y derribar barreras.
La transformación no puede esperar. Es esencial que el gobierno, las instituciones educativas, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado trabajen en conjunto para construir un entorno donde cada niña pueda sentirse inspirada, empoderada y apoyada en su búsqueda de conocimiento y realización personal. Esto significa replantear los planes de estudio para eliminar sesgos de género, proporcionar mentoría y modelos a seguir femeninos en STEM, y celebrar los logros de las mujeres en ciencia y tecnología para romper con los estereotipos existentes.
El futuro de México como una potencia global en innovación y desarrollo tecnológico depende de nuestra capacidad para aprovechar todo nuestro talento humano, sin importar el género. Es hora de que cada uno de nosotros asuma la responsabilidad de crear un entorno donde las niñas puedan florecer sin miedo a los límites impuestos por el pasado. Juntos, podemos y debemos forjar un mañana donde cada niña vea en STEM no solo un camino viable, sino también una pasión y un propósito que la llevarán a alcanzar las estrellas.