
Artículo de Opinión escrito por: Armando Zúñiga Salinas | Vicepresidente de Comunicación de Coparmex Nacional | Vía: La Prensa
México vive un momento sui generis. Ante el entorno global por la relocalización que es toda una ventana de oportunidades de crecimiento económico para el país, hay también una actualidad que podría desbalancearnos completamente: los aranceles impuestos por el Presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Desde que se supo ganador de la contienda electoral en su país, el también magnate de los medios de comunicación puso la mira sobre un asunto trascendental para él: fortalecer su economía de forma interna.
¿La mejor forma de hacerlo? Imponer aranceles a los productos de países de todo el mundo, porque considera que han abusado de la bondad de la nación más poderosa del mundo. La primer forma de demostrar su poder fue imponer aranceles al acero y aluminio por 25%. Un gran golpe para los países destacados en su producción y que llegan a EU.
México no es la excepción, aunque la realidad es que no fue tan castigado como los demás países. Como lo ha dicho la Presidenta de México, Claudía Sheinbaum, cabeza fría. Sin embargo, más que preocuparnos, hay que ocuparnos.
Estoy seguro que la reciente imposición de aranceles generales por parte del gobierno de Estados Unidos representa un cambio significativo en las dinámicas del comercio internacional.
La aplicación de un arancel base del 10% a la mayoría de los bienes importados, así como la implementación de tasas más altas para ciertos países, representa un retroceso y podría agravar la desaceleración del crecimiento económico global.
Como miembro de uno de los organismos más importantes del sector empresarial en México, como lo es la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) reiteramos nuestro compromiso con el libre comercio como un motor fundamental para la competitividad y el desarrollo de las naciones.
Si bien la medida establece aranceles recíprocos para diversos países, la publicación oficial de la Casa Blanca confirma que México y Canadá mantienen los términos comerciales previamente negociados.
Lo anterior significa que los productos que cumplen con las reglas del T-MEC seguirán sujetos a un arancel del 0%, mientras que aquellos que no las cumplan enfrentarán un arancel del 25%.
En el caso de energéticos, la tarifa será del 10% para los productos fuera del marco del T-MEC. Además, se mantienen los aranceles del 25% al acero, aluminio y automóviles.
El anuncio de estos nuevos aranceles ocurre en un momento en que la economía global enfrenta retos significativos. Como lo comunicamos desde COPARMEX Nacional, las previsiones de crecimiento han mostrado señales de desaceleración, y medidas proteccionistas como esta podrían agravar el entorno económico, afectar las cadenas de suministro y elevar los costos de los bienes para los consumidores en diversos países.
En COPARMEX estamos atentos a los detalles y alcances de la medida anunciada para analizar sus implicaciones en México. Es imprescindible contar con certidumbre en las relaciones comerciales y evitar que decisiones unilaterales afecten la estabilidad económica y el flujo de inversiones en la región. Continuaremos trabajando para defender las condiciones que permitan a las empresas mexicanas mantener su competitividad en el mercado internacional.
Estamos seguros de la capacidad de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, porque ha demostrado calma, serenidad, trabajo y además tiene experiencia de muchos años en el sector público.
Con todo ello, hacemos un llamado al Gobierno de México a fortalecer las condiciones internas para la inversión y el crecimiento económico. Desde la iniciativa privada estamos preparados para ayudar a la economía del país a destacar como todos deseamos para dar más y mejores empleos, ayudar a los jóvenes que son el presente y futuro de nuestra gran nación y a dar oportunidades a todos y cada uno de los mexicanos.
Sabemos, también, que vivimos un contexto internacional adverso, en el que es prioritario garantizar seguridad, energía y certeza jurídica, reducir la carga burocrática y generar un entorno propicio para el desarrollo empresarial.
Sólo así podremos enfrentar los desafíos globales y aprovechar las oportunidades que el comercio internacional ofrece a nuestra economía.
El sector empresarial mexicano reafirma su compromiso con la apertura comercial, la innovación, la integración económica y el fortalecimiento de nuestras capacidades productivas. Seguiremos impulsando el desarrollo de México a través de un modelo que privilegie la competitividad, la innovación y el crecimiento con justicia social, donde el comercio beneficie a todos, porque el mundo necesita más integración, no barreras proteccionistas.
Nuestra respuesta debe ser el fortalecimiento de nuestro mercado interno, como lo marca el Plan México, pero aperturando la inversión público privada en infraestructura y energía nacional e internacional, así como la apertura hacia el fortalecimiento comercial con otros mercados como Asia y Europa para disminuir la dependencia con EU.