
Artículo de opinión escrito por Lydia Nava Vázquez , Vicepresidenta Nacional de Centros Empresariales de Coparmex Nacional | Vía: @elsolde_mexico
El evento de Summit “Comercio México–Norteamérica: Más allá del T-MEC”, organizado por COPARMEX, demostró que la integración regional no es una aspiración teórica, sino un proyecto urgente y viable. Cuando gobierno, empresarios y expertos alineamos objetivos, identificamos rutas de crecimiento que trascienden los límites convencionales. En ese marco, la colaboración tripartita emerge como la herramienta que refuerza la certeza jurídica, garantiza un entorno energético estable y fortalece la competitividad de nuestras MiPyMEs, verdadero motor de la economía nacional.
En un entorno global marcado por tensiones comerciales y transformaciones geoeconómicas, México debe consolidar su posición de puente estratégico entre Estados Unidos y Canadá, sin descuidar la apertura hacia nuevos mercados. El Summit sirvió para calibrar nuestros retos: profundizar la integración de las MiPyMEs en cadenas productivas, garantizar marcos regulatorios estables —con especial énfasis en la certeza jurídica y la seguridad energética—, y diseñar políticas públicas que faciliten la adopción de tecnologías de punta.
Existe una urgencia de institucionalizar plataformas de diálogo social permanentes. Cuando los actores se escuchan y aportan desde su experiencia, surgen soluciones más ágiles para diversificar exportaciones, mejorar la logística fronteriza y optimizar los procesos de certificación. Esta corresponsabilidad tripartita no solo reduce la conflictividad, sino que atrae inversión y promueve un crecimiento que beneficia a las comunidades regionales.
Asimismo, gracias al Summit quedó claro que la transición energética y digital no es un complemento opcional, sino un imperativo para elevar el valor agregado de nuestra producción. Las empresas mexicanas requieren incentivos que impulsen la adopción de energías limpias y la capacitación en habilidades digitales. Al alinearnos con esa visión, fortalecemos la resiliencia ante posibles cambios arancelarios y reforzamos nuestra competitividad global.
El Summit también reafirmó la relevancia de impulsar la formalidad y la inclusión laboral. Al diseñar esquemas de financiamiento colectivo, acompañados de asesoría técnica y jurídica, podemos integrar a más unidades productivas al mercado formal sin sacrificar eficiencia. Este esfuerzo, combinado con la promoción de la equidad de género en puestos de liderazgo y la profesionalización de la fuerza laboral, amplía las oportunidades de crecimiento y bienestar en todo el país.
La integración eficaz de Norteamérica no se limita a acuerdos comerciales, sino al diseño de una agenda trinacional compartida en la que cada sector aporte su visión y responsabilidad. El compromiso de COPARMEX es impulsar estos espacios de diálogo social como motores permanentes de política pública y estrategia empresarial. Sabemos que, de este modo, transformaremos los retos en oportunidades de desarrollo inclusivo, crearemos empleos dignos y consolidaremos a México como un actor global sólido.
El comercio es un catalizador de progreso cuando se ejerce con visión estratégica, corresponsabilidad y voluntad de consenso. El Summit “Más allá del T-MEC” fue un punto de partida: ahora corresponde a todos los involucrados —gobierno, empresas y academia— traducir los acuerdos en proyectos tangibles que fortalezcan nuestro modelo de desarrollo inclusivo y dejen una huella positiva en el futuro de las MiPyMEs y las familias mexicanas. #OpiniónCoparmex