- Doctoras, enfermeros, personal de intendencia y auxiliares son auténticos héroes, a los que el Gobierno Federal ha enviado a la guerra sin armas
En la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) hacemos un enérgico llamado al Gobierno Federal para que cuide al activo más valioso que tiene el Sistema Nacional de Salud: su capital humano.
Según los dichos de las propias autoridades, será pronto cuando se anuncie la Fase 3 de la contingencia sanitaria, entrando a una etapa crítica en la evolución de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-1), con una curva de contagio aumentando de manera acelerada, hasta a un mínimo de 10 mil personas infectadas en México.
El Gobierno Federal ha hecho caso omiso de las recomendaciones de los organismos internacionales (OMS, CEPAL, OCDE), de proteger y brindar todas las herramientas necesarias a los médicos, enfermeras, camilleros, personal de intendencia y auxiliar, que arriesgan su vida y representan la primera línea de defensa ante el coronavirus .
Abundan las denuncias por parte del personal médico, de no contar con el material mínimo indispensable para atender a los enfermos, así como por las agresiones que han venido sufriendo. Es evidente que a 3 meses de iniciada la pandemia, las unidades de salud no se encuentran listas y los insumos médicos no son suficientes para un escenario a corto plazo.
A este escenario se debe sumar el contagio de 329 médicos y enfermeras, además de 6 fallecidos en las clínicas y hospitales del IMSS. Representativo de esto, es lo que acontece en el Hospital General Regional Número 20 de Tijuana, que fue habilitado para recibir a pacientes de COVID-9, y que se encuentra totalmente rebasado por la situación.
El gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez, indicó que los médicos del IMSS “están cayendo como moscas”, debido a que no se les proporcionó equipo médico contra el COVID-19, además de que no observaba la menor preocupación de la Delegación del Instituto en dicha entidad.
Esta misma situación se replica en hospitales ubicados en diversas ciudades del país: Monclova, Coahuila; Los Cabos, Baja California Sur; Cuernavaca, Morelos; y Tlalnepantla, Estado de México, entre otros, en los que no cuentan con insumos de protección, además de la evidente falta de respiradores artificiales para atender a los pacientes más graves.
El Gobierno Federal debe proteger al personal de salud, mismo que tiene una gran vocación de servir a su país, pese a las circunstancias adversas. Se debe evitar a toda costa, que crezca el número de infectados y fallecidos. Las autoridades sanitarias deben implementar de forma urgente protocolos de seguridad, dotando a enfermeras y médicos con equipo de protección adecuado y los insumos necesarios para hacer frente a la pandemia.
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