Artículo escrito por Juan de Dios Barba, Presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo Democrático en Coparmex vía Grupo Mundo Ejecutivo.
Twitter: @jdbarba
Preocupante es que en el proceso electoral 2018, con 89 millones de potenciales electores, acudieron a votar 56.5 millones, lo que significa que un tercio de los ciudadanos con derecho a voto decidieron no hacerlo.
El 25 de septiembre, López Obrador expresó en su conferencia mañanera que 66% de los artículos redactados por editorialistas se refieren a su gobierno o a la 4T, y que de ellos, 2/3 partes expresan opiniones negativas; es absurdo que un gobierno se queje de que se refieran a él, cuando es la instancia que dirige un país y resulta lógico que los ciudadanos opinen, a favor o en contra, de quien “conduce” los destinos de la nación; al final, como votantes, serán quienes decidan si refrendan o no la confianza en el partido en el gobierno, o cambian el rumbo, como ha sucedido tres veces desde el 2000.
Preocupante es que en el proceso electoral 2018, con 89 millones de potenciales electores, acudieron a votar 56.5 millones, lo que significa que un tercio de los ciudadanos con derecho a voto decidieron no hacerlo, o no pudieron hacerlo; se estima que cerca de 10 millones de los 32.5 millones que NO votaron, NO contaban con credencial para votar, por haberla extraviado o se las robaron o simplemente no actualizaron a tiempo sus datos; no cabe duda que las elecciones fueron legales, ¿pero resultan legítimas?
Recientes encuestas en Latinoamérica sobre el funcionamiento de las democracias reflejan que, en una década, la satisfacción ciudadana con la DEMOCRACIA ha bajado del 44% al 24%; en el mismo periodo, el crecimiento económico promedio bajó del 5.9% al 1.3%, lo que lleva a peligrosas conclusiones: “Tener un sistema democrático no se ha traducido en un bienestar económico”, “Con tal de tener una mejora económica, no importaría sacrificar la democracia”, “Las dictaduras ponen orden”, etc., y vuelve a ser justamente el aspecto económico, el principal argumento de personajes de corte populista (de izquierda y derecha) para criticar a los gobiernos en turno.
El desánimo por la situación económica, el hartazgo por corrupción de gobiernos pasados y presentes y lo “abstracto” de los conceptos sobre democracia, generan que para muchos sea poco atrayente participar en los asuntos públicos; esto es aprovechado por populistas para atraer simpatizantes; usan las bondades y herramientas del sistema democrático para acceder al cargo, para desde ahí destruir instituciones y afianzarse en el poder, haciendo a un lado o manipulando procesos democráticos, eliminando “contrapesos” institucionales, destruyendo la economía para que a través de dádivas denominadas “programas sociales” mantengan una clientela electoral, entre más marginación, más dependencia del gobierno.
59% de los mexicanos no piensan votar o no saben por quién hacerlo en 2021 (Diputados), esto es muy grave, están dejando en manos de pocos decisiones trascendentales, se definirá el rumbo del país y con su abstención avalan la decisión de los que sí votan; lo primero es que todos tengamos actualizada y vigente nuestra credencial para votar: “el arma del ciudadano es el voto”, no renunciemos a ejercerlo en libertad ¿Ya tienen su credencial lista? Indecisos, ¡ustedes deciden!
Consulta la versión original en: Grupo Mundo Ejecutivo, Deciden los indecisos