Artículo de opinión escrito por Luis Durán, Director General de Strategy Primus y Presidente del Comité de Difusión de la COPARMEX | Vía Forbes México
Twitter: @LuisEDuran2
En un mundo donde el desarrollo económico y el acceso a oportunidades no ha sido equitativo, es importante construir economías con un enfoque al desarrollo incluyente. En el caso de México esto es particularmente relevante porque, según cifras del Banco Mundial, nuestro país es uno de los que está en el 25% de los países más desiguales del mundo. En México, el 10% de la población con ingresos más altos captura el 59% de los ingresos nacionales, mientras que el 1% más alto, concentra aún más, con el 29%. Por estas razones, la Coparmex presentó en días pasados la iniciativa “Economía de Mercado con Desarrollo Inclusivo”, que básicamente propone un nuevo modelo que busca impulsar el desarrollo económico, social y ecológico-sustentable del país.
Para poder lograr este enfoque hacia una economía competitiva y enfocada en el desarrollo inclusivo es indispensable entender de qué se trata. Para empezar, un proceso inclusivo no es sólo algo superficial, que sería “agradable tener” – es una necesidad. Un proceso inclusivo requiere voces diversas, un enfoque cooperativo para el diseño y espacio para el conflicto y la resolución. Eso significa aprovechar la experiencia de profesionales experimentados, estudiantes, trabajadores, defensores de la comunidad y otras partes interesadas que representan una mezcla de grupos demográficos, varios tipos de organizaciones y comunidades variados, perspectivas y afiliaciones políticas: personas que realmente representen a la comunidad y estén dispuestas a desafiar las jerarquías tradicionales en la toma de decisiones.