Artículo escrito por Luis Durán, Presidente del Comité de Difusión de COPARMEX vía El universal
Twitter: LuisEDuran2
En estos tiempos de crisis de pandemia las predicciones se hacen con aún menos certidumbre de lo normal. Sin embargo, utilizando un poco de sentido de común, podemos vislumbrar algunos de los grandes temas que nos van a ocupar a todos durante el 2022. Aunque hemos visto que los pronósticos cada vez son de menor duración y más enfocados en el cortísimo plazo. Sin embargo, a pesar de esto, pueden ser útiles. Después de todo, como decía el gran pensador norteamericano John Naisbitt: “La mejor manera de pronosticar el futuro es entender el presente”.
Uno de los temas que estamos viviendo hoy y que hacen las predicciones más retadoras de lo normal es la nueva ola de contagios debido al Omnicron, la nueva variante del COVID-19. Información preliminar sugiere que es más contagioso que sus predecesores, pero también parece ser menos mortal. Si es así, podría ayudar a que empecemos a regresar a algo parecido a una normalidad pre-pandémica, lo que significaría más gastos en la industria de los servicios. Es un dato confirmado que durante esta crisis las personas han gastado más en comprar cosas que en servicios. Todo esto derivado de la reducción en la movilidad de las personas. Según Bloomberg un re-equilibrio del gasto hacia los servicios podría impulsar el crecimiento mundial a un 5.1%, superior a lo que se ha pronosticado del 4.7%. También puede ser que esta nueva versión del virus tenga consecuencias más graves de las que se han visto hasta ahora. En ese caso, los expertos pronostican un crecimiento mundial de 4%. Aquí se ve claramente el gran rango de posibles únicamente por esta variable. Más de 1% en el crecimiento mundial.
Para nuestro país, uno de los riesgos más importantes, dado los aumentos en muchos productos básicos como la gasolina y el gas, es el de la inflación. Según cifras del INEGI, el año pasado registramos una inflación del 7.36%. Una de las más altas a nivel mundial y la más alta en nuestro país en los últimos 21 años. Si tomamos en cuenta que para la canasta básica la inflación fue de 8.11%, la situación inflacionaria es uno de los factores más preocupantes en nuestro horizonte económico. Durante este año que comienza es muy probable que se sigan observando presiones inflacionarias debido a la prolongación de los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, la volatilidad en los precios de las materias primas, principalmente el gas y el petróleo, así como productos agropecuarios. Necesitamos un plan de emergencia con acciones específicas que mitiguen la inflación. No es un tema sencillo porque además estamos entrando en un período de recesión con nuestra economía decreciendo en el tercer trimestre 0.4%. Sin embargo, estamos a tiempo para tomar decisiones efectivas. Nuestro principal socio comercial, los Estados Unidos, ya ha tomado cartas en el asunto con el plan de infraestructura del Presidente Biden, al mismo tiempo que el Banco de la Reserva Federal está aumentando las tasas de interés. Nosotros podemos seguir ese ejemplo y apalancar el TMEC para surtir muchas de las necesidades del plan Biden, mientras el Banco de México sigue aumentado las tasas de interés. Es un balance delicado, pero si actuamos con decisión y sentido de urgencia podemos superar este momento difícil.