Artículo escrito por Jorge Ramírez Hernández, Vicepresidente Nacional de Desarrollo Democrático de Coparmex vía El Sol de México
Twitter: @jrh67er
Este domingo hubo elecciones en 6 estados del país con un resultado en el que la coalición que hoy gobierna el país gana 4 y la oposición solo retiene 2 gubernaturas; hubo muy baja participación, de menos del 45%, así como una gran organización por parte del INE y de los OPLES locales. Es un buen momento para reflexionar cómo funciona nuestro sistema democrático.
Para que los procesos electorales jalen bien en una democracia, en mi opinión, se requieren 3 grandes condiciones:
- Que se lleve a cabo una contienda en la que los diferentes candidatos tengan condiciones de equidad bien reglamentadas; es decir, que haya un piso parejo para la promoción de propuestas de gobierno y que tengan la posibilidad de llamar al voto.
- Que los ciudadanos se interesen por conocer las diferentes alternativas y salgan a votar y expresen sus preferencias en las urnas.
- Que haya un árbitro neutral como organizador de la elección, que garantice la promoción del voto, que los candidatos puedan promover sus ideas en condiciones similares, que sea fácil ir a votar, que se cuenten todos los votos y que se registren las áreas de mejora o incluso posibles delitos de los partidos, los ciudadanos, cuidando la no intervención del Estado en favor de alguna alternativa.
Al tener un sistema democrático como país deberíamos encontrar un círculo virtuoso al desarrollo, en el que los ciudadanos castiguemos o premiemos con el voto el desempeño de los gobiernos, de sus líderes y de los partidos que los llevaron al poder.
Podríamos decir entonces, que tenemos en México una democracia con luces y sombras.
Hemos trabajado muchísimo por tener leyes que permitan que haya varias alternativas en cada elección y que en la contienda haya las mismas condiciones para todos. Sin embargo, vemos que los partidos políticos están mucho más preocupados por generar acciones de gobierno para ganar la elección en puerta que en desarrollar políticas públicas que empujen a las sociedades al desarrollo en el largo plazo. Se privilegia el interés de su grupo o partido por encima del bien común.
Por eso los ciudadanos no nos sentimos identificados con los partidos políticos y de ahí se deriva la pésima percepción y falta de confianza que la sociedad les tiene en general. Por eso no hay un gran ánimo social que nos motive a ir a votar y vemos los tristes resultados de participación de menos del 45% promedio en estas elecciones. Resulta sorprendente con los grandes problemas que vivimos en el país que no haya interés de ir y votar por el candidato que pensamos nos pueda llevar a un mejor estado de vida.
Lo positivo es que tenemos al INE y los OPLES como árbitros electorales que si funcionan, y lo demostraron nuevamente en esta elección, sumando a miles de ciudadanos a participar como organizadores, abriendo prácticamente todas las casillas para que se votara sin mayores problemas. Al final del día ya teníamos resultados de la jornada de manera muy clara y profesional por eso #YoDefiendoAINE.