Contexto económico: En 2022, el país registró una recuperación económica lenta y desigual. Fue hasta el tercer trimestre que logramos recuperar los niveles de actividad económica que teníamos previo a la pandemia (0.3% por encima de los niveles del 4to trimestre de 2019). Sin embargo, todavía no podemos hablar de una recuperación completa. Aún estamos por debajo de los niveles de actividad económica anteriores al inicio de la administración actual (3er trimestre 2018). Además, aún tenemos 14 entidades que se encuentran por debajo de la actividad económica que reportaban previo a la pandemia.
A esto se suma el contexto de alta inflación que experimentamos a lo largo del año, que se explica por las distorsiones ocasionadas a raíz del Covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania que ha presionado al alza el precio de los energéticos y los alimentos. Las más afectadas han sido las familias. En particular los alimentos, incluyendo mercancías alimenticias y agropecuarios, presentaron una inflación de 12.6% en noviembre, acumulando 13 meses consecutivos con inflación de doble dígito. Más aún, esto ha implicado un aumento acumulado en el año de la tasa de interés de referencia por parte del Banxico de 500 puntos base pasando de 5.50% en enero a 10.50% en diciembre. A pesar de que la inflación ha empezado a ceder, se espera que la reducción sea lenta y al cierre de 2023 se ubique en 5%.
Por su parte, la inversión fija bruta, que impulsa el crecimiento de largo plazo, aún se encuentra en niveles similares a 2011. Los especialistas del sector privado mencionan a la gobernanza como el principal obstáculo a la inversión, siendo la inseguridad y el contexto político las principales fuentes de incertidumbre. A pesar del incremento de los recursos destinados a inversión pública en el Presupuesto de Egresos 2023, aún estaría alejada de la meta del 5% como porcentaje del PIB para detonar inversión privada y desarrollo social.
Es importante destacar que han mejorado las perspectivas de crecimiento económico para el cierre de 2022. Se estima un crecimiento de alrededor del 3%, impulsado principalmente por el buen desempeño de nuestras exportaciones y el dinamismo de la economía estadounidense. Sin embargo, para 2023 el consenso de mercado espera un crecimiento de alrededor de 1%, ante una desaceleración de la actividad económica en Estados Unidos y por un aumento generalizado de las tasas de interés. De concretarse este escenario, el sexenio actual tendría un crecimiento anual promedio de 0.2%. Es decir, un sexenio de estancamiento en cuanto a crecimiento económico.
Contexto político
Como lo advertíamos anteriormente, la incertidumbre política es uno de los principales rubros de alerta. En 2022 vivimos un año de radicalización de la vida pública, no sólo en el discurso sino en los hechos con las reformas a favor de la militarización, la reforma a la industria eléctrica y el Plan B en materia político-electoral que afecta la operación del INE; dichas reformas han sido vistas como regresiones autoritarias. 2023 es un año clave ya que se realizarán elecciones en Coahuila y el Estado de México que cobran particular interés por el número de población y que podrían ser vistas como la antesala a la elección presidencial de 2024. Lo menos deseable es que estos procesos se vean marcados por la ilegalidad, manchados por no acatar las reglas electorales o, peor aún, por cualquier tipo de injerencia del crimen organizado. También será un año en el que se elegirán 4 nuevos consejeros o consejeras del INE y un nuevo presidente o presidenta de la Suprema Corte de Justicia. Hacemos un llamado para que estos nombramientos se den con estricto apego a la ley pero, sobre todo, que se privilegie la idoneidad de los perfiles, su experiencia, solvencia moral y autonomía para la toma de decisiones.
Contexto social
Seguridad. México vive una profunda e innegable crisis por la inseguridad que afecta la vida y bienestar de todos y que también tiene un impacto directo en la competitividad y confianza para invertir. De enero a noviembre de 2022 se han registrado 29 mil 347 víctimas de asesinato en el país, lo que significa un promedio de casi 90 asesinatos al día. Por su parte, las víctimas de extorsión se han incrementado de manera alarmante, con 18% más de las registradas durante enero y noviembre de 2021. Según el INEGI, el 65.5% de la población se siente insegura en el municipio en donde vive.
Educación. De acuerdo con el Banco Mundial, la pandemia causó un rezago en México que equivale a dos años de escolaridad. Además, el Banco Interamericano de Desarrollo estima que por lo menos 600 mil estudiantes entre 6 y 17 años han interrumpido sus estudios debido a los impactos económicos de la pandemia. Aunado a ello, el gobierno federal ha tomado decisiones de política pública que ensombrecen la cobertura y calidad de la educación. Decisiones como la eliminación de programas que han mostrado ser exitosos como las Escuelas de Tiempo Completo y las Estancias Infantiles reducen la cobertura para la primera infancia y para los niños y niñas más vulnerables. Por su parte, el debilitamiento de los centros de investigación públicos de alto prestigio como el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), los cambios al Reglamento del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), y la reforma propuesta al CONACYT, van en perjuicio de la educación y de nuestro desarrollo.
Salud. La pandemia junto con los cambios -como la desaparición del Seguro Popular y la creación del INSABI- terminaron por hacer aún más frágil el Sistema Nacional de Salud. El saldo se refleja en las cifras dadas a conocer por el CONEVAL: 15.6 millones de personas se han sumado a la carencia por acceso a servicios de salud. Además, una proporción importante de los pacientes que se atienden en los sistemas públicos de salud (IMSS, ISSSTE, PEMEX, SEMAR, IMSS-Bienestar) no están teniendo acceso efectivo a los medicamentos que requieren para mejorar su estado de salud.
Detectamos reducciones en el presupuesto a programas destinados a la población sin seguridad social. En particular, el programa IMSS-Bienestar tendrá una disminución real del 17%. Por su parte, el presupuesto destinado a medicamentos gratuitos solo aumentará en 0.6%; los programas de prevención del IMSS tendrán una reducción del 10%, y los de la Secretaría de Salud tendrán aumentos mínimos. Por todo ello, se ve lejana la meta de tener un sistema de salud como el de Dinamarca; exigimos que en 2023 se reorienten recursos -por lo menos- para cumplir con lo básico: instalaciones dignas, médicos especialistas, abasto de medicamentos, quimioterapias y vacunas suficientes.
El llamado de COPARMEX para 2023
Desde Coparmex estamos convencidos que hay acciones concretas que puede llevar a cabo el gobierno federal para potencializar nuestro crecimiento económico y social.
- Nearshoring y los beneficios del T-MEC. La reestructura de las cadenas de suministro que están ocurriendo a nivel global nos ofrece una ventana única para atraer inversión y aprovechar las ventajas comparativas que nos otorga el T-MEC. Para ello, debemos de contar con las condiciones necesarias para brindar confianza. Se requiere mandar mensajes contundentes de certidumbre y respeto al Estado de Derecho. Entre ellos, la pronta resolución de las Consultas en materia energética y permitir la competencia en este sector.
- Incentivos para la formalidad. Se han llevado a cabo varios esfuerzos por mejorar las condiciones del empleo formal, como el incremento al salario mínimo, el incremento a las contribuciones patronales a las pensiones y las vacaciones dignas. Sin embargo, esto tiene que ser acompañado de una política pública de incentivos fiscales que promuevan la generación de empleo formal para que más mexicanos puedan disfrutar de estos beneficios. Más aún, cifras del INEGI muestran que la productividad en la formalidad es cuatro veces mayor a la informalidad. Transitar a la formalidad permitirá ampliar nuestro crecimiento potencial.
- En materia política, respeto a la ley y a la democracia. Una señal poderosa que debe enviar México al exterior es que damos pasos al frente en materia democrática; que tenemos una sociedad que puede pensar distinto y que se respeta en el disenso. México pierde si se viola la ley, si se manipulan las elecciones o si se abre la puerta a la injerencia política de la delincuencia. El voto libre y razonado debe garantizarse.
- Priorizar de forma urgente los pilares básicos para el desarrollo de la población: seguridad, educación y salud. En materia de seguridad, es imprescindible que haya una reformulación de la política y la estrategia. No debe suplantarse ni abandonarse el desarrollo de las policías estatales y municipales. Las instituciones civiles de la policía a nivel local deben robustecerse, pues son junto con las Fiscalías, quienes están facultadas para interactuar con la población civil, prevenir los delitos, la violencia y llevar a cabo investigaciones y procedimientos legales de los delitos del fuero común que más impactan a los ciudadanos.
En materia educativa, más que el impulso de nuevos planes y programas, la clave está en revertir el impacto de la pandemia en materia de abandono escolar y la pérdida de aprendizaje. La inversión en la capacitación docente y en la infraestructura educativa es clave.
En salud, es momento de dejar de lado la improvisación, la vida y salud de las personas debe estar al centro. Dotar de presupuesto suficiente al sector es clave sin dejar de lado el enfásis en la prevención.
Este 2023 se anticipa lleno de desafíos pero con generosidad, sensatez, apostando a la unidad de los mexicanos y con visión de largo plazo, podremos superarlos. Desde COPARMEX seguiremos impulsando nuestra propuesta de Modelo de Desarrollo Inclusivo con la finalidad de construir un México para todos, en el que nadie se quede fuera. Estamos seguros que el antídoto a la polarización es el diálogo, la escucha, es tender puentes de comunicación y de construcción. Por ello externamos nuestra total disposición para sumar, dialogar y lograr acuerdos por el bien de las familias mexicanas. Lo reiteramos: Nadie es mejor que todos juntos.