Artículo escrito por Gerardo Trejo Veytia, Secretario General de Coparmex, vía El Universal.
El partido en el poder, Morena, y el Presidente de la República impulsan una iniciativa de Reforma electoral que pone en grave peligro nuestra Democracia. Fingen querer austeridad y mayor democracia, cuando en realidad lo que se pretende con la reforma constitucional propuesta es ahorcar presupuestalmente al INE, debilitar y restar autonomía e independencia al árbitro electoral, con la clara intención de perpetrarse en el poder.
Dicen que el Instituto Nacional Electoral (INE) nos cuesta mucho dinero a los mexicanos. Sin embargo, cuenta con una gran credibilidad, ha organizado múltiples procesos electorales que han transcurrido en paz y con una alta participación ciudadana. Los mexicanos confiamos en el INE, en su capacidad para organizar las elecciones y en su imparcialidad. Vivir en democracia nos hace más fuertes como sociedad y país. La democracia brinda certidumbre a las inversiones, abonando al crecimiento económico y generación de empleos. Sin democracia no hay bienestar ni desarrollo posible.
Del presupuesto total del INE, aproximadamente el 30% va a los partidos políticos, reduciendo el riesgo de financiamientos de dudosa procedencia, 20% es para la expedición de la credencial con fotografía, principal medio de identificación de los mexicanos y el resto para la organización de los diferentes procesos electorales, incluyendo la participación de millones de ciudadanos que ayudan el día de la jornada electoral. Ahorcar presupuestalmente al INE es asfixiar nuestra Democracia.
¡Árbitro vendido!, es común escuchar este grito en los estadios de futbol cuando alguna decisión del arbitraje no gusta o va en contra de nuestro equipo. La labor del árbitro siempre es difícil, incomprendida y en muchos casos cuestionada por los propios jugadores y por la afición. Sin embargo, el buen árbitro sabe que no está en un concurso de popularidad y que aunque su decisión no guste, debe ser firme, imparcial y no dejarse presionar.
En las elecciones también es común que no gusten y se cuestionen las decisiones del árbitro electoral, pero los consejeros del INE lejos de buscar ser populares deben preservar la equidad y credibilidad de la contienda electoral, sancionando parejo cuando se comete una falta.
Ahora imaginemos que está por iniciar la final en el Azteca, el estadio se encuentra abarrotado y el dueño del equipo local propone que los aficionados presentes voten para elegir quién será el árbitro del partido; se rumora por increíble que parezca, que el director técnico del equipo visitante tal vez de su anuencia. Así de absurda la propuesta de que los consejeros electorales del INE sean electos por voto directo.
Si el Partido Revolucionario Institucional (PRI) —aun siendo del equipo visitante— decide inexplicablemente votar a favor de la reforma constitucional posibilitando la mayoría calificada necesaria, estaríamos ante un escenario de regresión democrática.
Ahorcar presupuestalmente al INE disminuiría su autonomía e independencia, restándole capacidad para organizar y garantizar la equidad en la contienda. Elegir por voto directo a los consejeros pondría en entredicho su imparcialidad, dañando de forma importante la credibilidad de los procesos electorales.
El árbitro por definición no es popular, su labor es preservar la equidad en la competencia y sancionar las faltas de los equipos y partidos políticos, lo que a menudo no gusta. Pero en la medida en que tenga la capacidad de hacer cumplir el reglamento, en esa medida estará haciendo bien su trabajo y dará certidumbre y credibilidad al proceso.
Si hay algo que funciona bien en México es el INE, hacemos un llamado a todos los partidos políticos a no asfixiar la democracia ni destruir nuestro instituto electoral ciudadano, y a rechazar cualquier reforma electoral que atente contra la credibilidad y equidad de las elecciones. Ahorcar al INE es asfixiar nuestra Democracia. #YoDefiendoAlINE #ElINENoSeToca #OpiniónCoparmex