Twitter: @fatimamontiel
Todas las semanas, los medios mexicanos reportan sobre la desaparición, homicidio o feminicidio de mujeres en todo el país, que es la violencia en su más cruenta expresión de las muchas que viven.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de 2021, muestran que más de 3,700 mujeres fueron asesinadas, es decir cada día más de 10 mujeres sufrieron un homicidio o feminicidio.
Cada una de esas mujeres, ya sea que sus casos fueran mediatizados como el de Debahani Escobar o Ingrid Escamilla, o no, formaban parte de redes familiares, personales y también de trabajo. Es por eso que la exigencia a la erradicación de la violencia contra las mujeres no se hace sólo a autoridades gubernamentales, sino a todas aquellas con capital político y económico para formar parte de una solución colectiva a este problema que le cuesta la vida a miles de mujeres en el país.
Mariana Rodríguez, managing partner de la consultora en capital humano Relind, cuenta en entrevista con Expansión Mujeres que en Nuevo León se vive con la sensación de miedo e inseguridad a flor de piel. A raíz de los últimos casos conocidos, el gobernador Samuel García dio a conocer que el estado creará un grupo especial de búsqueda para localizar a mujeres desaparecidas en las últimas semanas.
“Desde hace semanas nos hemos reunido con algunos clientes que nos preguntan cómo pueden proveer contención y brindar un espacio seguro sin caer en amarillo”, cuenta.
Eso habla de que existe un interés, por lo menos de una parte del empresariado mexicano, en no obviar la situación de violencia que amenaza a las 21 millones de trabajadoras del país, que se encuentran sobre todo en sectores como el comercio, la industria manufacturera y los servicios personales, que concentran 55% de estas trabajadoras, según estimaciones del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO).
Arturo del Castillo, director ejecutivo asociado de Kroll y el responsable de lanzar el área en contra del acoso y violencia de género de la compañía desde 2017, afirma que el tema de la violencia de género preocupa cada vez más a los grandes corporativos, pero también a empresas medianas y pequeñas.
“Ha habido una sensibilización sobre el tema, no de forma general, pero sí es cada vez más frecuente que asociaciones que agremian a compañías, como cámaras u organismos cúpula, organicen talleres y debates para preparar protocolos, mejores prácticas y políticas para enfrentar este problema desde su trinchera”, dice.
Fátima Montiel, presidenta del Comité de Inclusión de Mujeres y Jóvenes de la Coparmex, asegura que como parte de la cúpula empresarial que representa es consciente de que en los empleos sólo dos de cada 100 casos de acoso sexual se denuncian.
El organismo, dice Montiel, ha abordado y analizado distintas propuestas para erradicar estos delitos que impactan a la sociedad. “Es importante que las empresas hablen de la violencia, claro, pero de nada sirve si no cuentan con un plan conjunto con autoridades y la sociedad para hacerle frente al problema”, afirma.
¿Qué pueden hacer las empresas?
1. Identifica las necesidades de tu organización
“Varias compañías se han acercado para pedir asesoría, pues por su dinámica requieren de condiciones seguras porque operan en plantas productivas amplias, porque se dedican a la manufactura, maquila o ensamble, cuyas operaciones están ubicadas en zonas calientes como fronteras o urbanidades marginadas”, dice Arturo del Castillo.
Para ello, Kroll les ayudó a diseñar e implementar un programa de compliance para aprender a gestionar el riesgo de violencia al interior de sus organización y más allá de su perímetro, lo cual ha incluido proveer servicio de transporte colectivo en rutas inseguras o la transferencia de colaboradoras de plantas a corporativos.
2. No caigas en prácticas sexistas
“Si el trabajo que desempeña una mujer es de planta y no se puede reubicar, las empresas deben darle facilidades de transporte y también de horario, pero no despedirlas o dejar de contratar a mujeres sólo porque la ubicación de la planta es complicada. Lo que sí, es que debes ser transparente con las condiciones para que ellas mismas tomen una decisión sobre su carrera, pero también sobre su vida”, recomienda.
3. Colaboración con autoridades
“El establecimiento de horarios y rutas de transporte se pueden coordinar con fuerzas públicas certificadas para disminuir el riesgo. A su vez, en caso de que suceda un caso de violencia con una empleada, se debe descartar primero que alguien más de la compañía esté inmiscuido y dos, se debe colaborar con todo lo que autoridades pidan: registros, cámaras, etc.”, afirma del Castillo.
4. Generar una sensibilización a todos los niveles
“La sensibilización de los niveles de violencia que azota a las mujeres debe ser desde el nivel corporativo hasta las plantas de operación, porque una de las raíces de la violencia surge porque en los espacios de trabajo se ha normalizado un ambiente tóxico en el que bromas sexistas, que rayan en el acoso u hostigamiento, son comunes”, advierte Mariana Rodríguez.
5. Haz un análisis demográfico
“Hablar de violencia propicia una revisión de políticas internas respecto a los criterios que utilizamos para reclutar, promover o despedir a las personas. Pero también para conocer cuántas mujeres trabajan en tu empresa, en qué puestos se desempeñan, a qué hora trabajan y en dónde viven. Con base en esa información, puedes crear un programa, por ejemplo, de carpool, transporte colectivo, talleres de defensa personal o grupos de seguridad para compartir ubicaciones incluso fuera de horarios laborales”, aconseja Rodríguez.
6. Invierte en la seguridad de tu equipo
“Más que recomendar un monto, les diría que es una decisión estratégica y de negocio donde el dato primario es el demográfico que obtienes a raíz del análisis. Y esto impactará en atraer y retener a mejor talento, así como en la reputación de la marca”, sostiene la especialista.
7. Crea alianzas
Fátima Montiel comparte que en la Coparmex se han construido alianzas con organizaciones civiles para dar apoyo sociológico y psicológico a colaboradoras y a sus familias para primero darles contención en caso de necesitarla, pero también para generar mayor sensibilización y trabajar para erradicar la violencia.
“Hoy todos somos corresponsables de lo qué pasa en México y tenemos que empezar por nosotros en no participar en actos de violencia visibles, pero también en participar en iniciativas que prevengan la violencia”, señala.