- México debe ser un participante activo en la Cumbre de las Américas
- La disposición al diálogo y la colaboración serán trascendentales para desplegar el potencial del país
Los desafíos que enfrentan las naciones en el Continente Americano, para ser resueltos, deben abordarse en unidad y cooperación. De ahí la importancia de que México participe activamente en la novena edición de la Cumbre de las Américas a realizarse en Los Ángeles, California, del 06 al 10 de junio.
Bajo el lema “Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo”, el encuentro de más alto nivel político en el Hemisferio Occidental, que reunirá a los jefes de los gobiernos elegidos democráticamente en Sudamérica, Centroamérica y Norteamérica, abordará como temas centrales la pandemia del COVID19, la crisis climática, las amenazas a la democracia, la pobreza y la falta de acceso equitativo a oportunidades, así como comercio y migración.
La cumbre convoca también, como parte de la agenda paralela y en encuentros previos a la reunión de los mandatarios, a Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organismos del Sistema Interamericano, como la Organización de Estados Americanos (OEA), de la sociedad civil y el sector empresarial.
El encuentro es considerado uno de los mecanismos más importantes para avanzar a paso firme en el proceso de integración regional, y tiene por objetivo consolidar a América como una región unida y competitiva frente a otros procesos de regionalización a nivel mundial, a fin de mejorar el bienestar económico y la seguridad de los ciudadanos.
De ahí que participar representa para México y los países asistentes, una valiosa oportunidad no solo para alcanzar consensos respecto a los retos y desafíos hemisféricos, sino para generar acciones locales que impacten de manera positiva en el futuro de los ciudadanos de todo el continente americano, así como también para refrendar los valores y el espíritu colaborativo con los que fue convocada la primera Cumbre en la década de los noventa.
En el caso de nuestro país, la ocasión es propicia para generar vínculos de colaboración y entendimiento que ayuden a resolver temas que nos aquejan y que han sido abordados en la jornada de inicio de la Cumbre, en el Foro de la Sociedad Civil, donde Luis Almagro, secretario general de la OEA, instó a acabar con la pobreza, la discriminación y la violencia que castigan al continente.
México enfrenta hoy por hoy una creciente inseguridad, es considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo; nos enfrentamos también a la falta de acceso a los servicios de salud y a un creciente número en las cifras de la pobreza, que no es otra cosa que familias que carecen de lo necesario para satisfacer sus necesidades básicas.
Este es un foro que también resulta relevante para fortalecer los diversos mecanismos de integración subregional que existen en la región para hacerla más competitiva frente a otros bloques. Cabe destacar entre estos bloques subregionales al T-MEC y la Alianza Pacífico, de los que México forma parte, así como el MERCOSUR para la parte de Sudamérica.
Es urgente que en nuestro país se generen las alianzas necesarias para elevar el nivel de diálogo y colaboración no sólo a nivel nacional, sino internacional. Ninguna nación puede, en soledad, enfrentar los desafíos que se le presentan. Además, no debemos de olvidar que los problemas que enfrentan los países de la región son de carácter comunitario y multisistémico, es decir, que no son responsabilidad única y exclusiva de un país en particular, pues los efectos de la globalización han hecho que sean fenómenos que traspasan fronteras. Es por ello que la solución a los mismos debe plantearse desde un enfoque multidimensional, transfronterizo y verdadero compromiso comunitario.
La participación de México en la Cumbre de las Américas es decisiva para que exista un viraje en aquellas estrategias que han demostrado con resultados catastróficos que no están funcionando. México es un actor clave y estratégico y un marco de referencia de gran peso y trayectoria diplomática, sobre todo en el ámbito del multilateralismo, por lo que debe aprovechar las oportunidades que se presentan para desplegar y hacer gala de todo ese potencial.
Que el diálogo en la Cumbre de las Américas permita a todos los países democráticos que la integran comprender que: nadie es mejor que todos juntos y que la mejor estrategia es la de la cooperación, la coordinación, el diálogo, el consenso y los compromisos conjuntos.
Para lograr una verdadera América unida es prioritario que todos los países caminen hacia el mismo rumbo y hacia el mismo destino y en donde la única ideología imperante sea la de una América en donde todos quepan con igualdad de oportunidades, resiliencia, sostenibilidad y desarrollo inclusivo.