Artículo escrito por Liliana Nava Vázquez, Vicepresidenta de Desarrollo Social de Coparmex vía El Financiero
Twitter: @MichLydiaNV
Estamos concluyendo el primer mes de este nuevo año. En este 2022 nos hemos fijado nuevos propósitos y establecimos nuevos objetivos; sin embargo, aún es momento de cuestionarnos si estas metas planteadas nos hacen parte de la construcción de un México mejor, si estamos coadyuvando a la construcción de una mejor ciudadanía y abonando al bien común de nuestra sociedad.
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas, durante el 2020 el hambre aumentó un 30 por ciento en América Latina, alcanzando el mayor nivel en 20 años; somos la región donde se tuvo un lastimoso mayor incremento.
Responder ante esta alarmante cifra no es sencillo, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha asumido el reto para sumar en conjunto una fórmula que equilibre el bienestar, equidad y desarrollo para todos.
Dentro de los objetivos planteados por la Coparmex, están el lograr un modelo de Economía de Mercado con Desarrollo Inclusivo. Un faro de luz, que guíe un nuevo rumbo donde se nivele el crecimiento económico sostenible, un Estado democrático y de derecho que propicie el desarrollo parejo. Esto solo se podrá lograr con la participación solidaria, subsidiaria, responsable e incluyente de todos.
Este nuevo modelo de Economía de Mercado con Desarrollo Inclusivo busca dar paso a la reflexión, al diálogo y consenso social, hoy día indispensable en nuestro país, siempre acompañado de la acción, con la persona al centro y una visión de empresa como vehículo de cambio al interior y exterior de la misma. Resalta nuevas formas de construir ciudadanía; el desafío es lograr que los ciudadanos demos el gran salto para dejar de ser espectadores y ocupar el papel principal.
Es un modelo con valores, fundamentado en la libertad, el respeto a los derechos humanos, de propiedad privada y de libertad de expresión, un sistema político democrático y de derecho, gobiernos e instituciones transparentes, seguridad pública, combate a la corrupción. Integra a todos, a través de la responsabilidad solidaria de las empresas con sus involucrados, sistemas de salud incluyentes, educación de calidad, políticas públicas en beneficio de la población y del medio ambiente, acceso para todos a la conectividad digital.
El objetivo es avanzar todos juntos impulsando el desarrollo regional, económico y social acompañado de políticas económicas y fiscales que propicien un desarrollo socio-económico incluyente, un sistema tributario justo y equitativo, así como generar condiciones de inversión, impulso a emprendedores, empresas y universidades para el desarrollo tecnológico.
En la agenda 2030 de Desarrollo Sostenible se ha integrado como parte esencial para su cumplimiento el contar con políticas gubernamentales, así como instituciones públicas justas y responsables, con prácticas inclusivas y sostenibles.
Indudablemente las bases para lograr un desarrollo inclusivo son contar con una educación de calidad, actualizada, y accesible para todos. Por ello, lamentamos que hoy se descalifique a las universidades particulares, olvidando que educación pública y particular se complementan, ambas cumpliendo con su función social.
Fortalezcamos la educación, frenemos los ataques y tracemos la ruta para que tanto universidades públicas como particulares continúen asumiendo su vocación social, formando profesionistas íntegros, con bases sólidas para lograr el desarrollo humano, económico y social.
Impulsemos la enseñanza y la investigación, fortaleciendo nuevas competencias, con enfoque en la solución de los problemas de la sociedad dentro de la misma universidad. Formar profesionistas, investigadores promotores del respeto a los derechos humanos, del desarrollo económico y humano.
Defender la autonomía universitaria y educativa es fundamental en un país democrático y plural.
Recientemente celebramos el Día Internacional de la Educación, a la par que cumplimos casi dos años de pandemia con graves impactos en la formación de niños y jóvenes, enfrentando nuevos desafíos no solo en el terreno educativo; hoy también hay que reconstruir en lo físico y mental.
No podemos olvidar que, junto con el rezago educativo generado por la pandemia, las brechas de desigualdad de oportunidades, de ingresos laborales serán cada vez mayores, con efectos negativos en las familias y en el desarrollo económico del país.
Si queremos que México salga adelante atendamos los retos de la educación con visión incluyente, priorizando el diálogo y respetando nuestra pluralidad. La aportación de todos será trascendental.