Por Juan de Dios Barba, presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo Democrático de Coparmex para El Financiero
Twitter: @jdbarba
Es claro que la pandemia afecta a todos los países y no es culpa de AMLO, pero todo indica que la afectación en México en muchos sectores, será profunda y de larga duración, y esto SÍ es responsabilidad del presidente López Obrador, quien de seguir como va y no reconsiderar sus acciones y subsanar sus omisiones, será recordado (como él quería), pero por ser uno de los peores mandatarios en la historia nacional.
A la crisis sanitaria sigue la económica y su mayor expresión es la pérdida de empleos, solo en abril se perdieron 555 mil 247 formales (registrados en IMSS); ante la falta de apoyos, se prevé que en mayo se perderán otros 700 mil y por cada empleo formal se pierde otro informal; el gobierno y sus promotores dirán que todo lo provocó la pandemia y que todo el mundo está en crisis, esto es inexacto, algunos países tendrán una caída moderada, México se prevé tendrá la segunda peor caída económica, sólo superado por Venezuela. No olvidar que la tendencia negativa en la economía mexicana viene del 2019.
Hechos que hacen ver la mezquindad del gobierno: primero, un manejo mediático irrisorio de la pandemia, pasamos de “no nos hacen nada las pandemias “ a “ya la estamos domando”, justo cuando estamos en el peor momento; segundo, denigrar a los profesionistas, empezando por los médicos que hoy arriesgan la vida; pero también descalificando a arquitectos, ingenieros y economistas; y para rematar, negar el incremento real en la violencia intrafamiliar y contra las mujeres.
En tercer lugar, ignorar a sus propios funcionarios, que han advertido sobre decisiones presidenciales que no van en el sentido correcto; recién se ha dado la salida de César Hernández, hoy extítular de la Conamer, la razón podemos suponer, fue hacer su trabajo y exigir que las dependencias cumplan con las obligaciones en materia de impacto regulatorio; caso más reciente, el absurdo acuerdo del Cenace, que favorece indebidamente a la CFE.
Por último, negar reiteradamente cualquier apoyo a las empresas, a pesar de que 90 por ciento de los países más afectados por la pandemia han diferido pagos de impuestos, servicios públicos y cargas sociales, y han ofrecido financiamiento y estímulos fiscales; mientras AMLO insiste en sus macro proyectos (hoy más inviables que nunca), insiste en hacer trasferencias directas de recursos a los que no están generando riqueza, pero abandona a los que sí trabajan, egoísta y absurdo.
Múltiples han sido las expresiones en favor de un “salario solidario” o “ingreso básico”, no importa el nombre, es una trasferencia de recursos del Estado a los trabajadores de México, perfectamente financiable por tres meses, no es ayudar a las empresas, no es condonación; es permitir que junto con el esfuerzo de empresarios y trabajadores, el gobierno ayude a preservar los empleos y la existencia futura de las empresas, sobre todo Pymes, que generan más del 70 por ciento de las fuentes de empleo.
Señor presidente, es tiempo de recapacitar, acepte esta propuesta, no sea egoísta.