
Artículo de Opinión escrito por: Armando Zúñiga Salinas | Vicepresidente de Comunicación de Coparmex Nacional | Vía:@laprensaoem
Hay viajes que te dejan acuerdos y contactos, y hay otros que te cambian la forma de ver los negocios. Nuestra Misión Empresarial COPARMEX Japón 2025, propuesta por nuestro Presidente Nacional, Juan José Sierra Álvarez, tuvo de las dos cosas: oportunidades concretas para las micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas y una serie de lecciones de vida que difícilmente olvidaremos.
La gira fue gracias a la convocatoria hecha por la AOTS (Association for Overseas Technical Cooperation and Sustainable Partnerships), una organización japonesa sin fines de lucro que promueve la cooperación internacional a través de la capacitación técnica, empresarial y de liderazgo para personas y empresas de países en desarrollo y emergentes.
Fundada en 1959, tiene el respaldo del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón (METI), su misión es fomentar el desarrollo económico sostenible y fortalecer las relaciones internacionales mediante la transferencia de tecnología, conocimientos empresariales, cultura japonesa de gestión y ofrecer programas de capacitación en Japón y el extranjero.
Esta organización es un puente valioso para que empresarios mexicanos conozcan de primera mano la filosofía empresarial japonesa (como el kaizen, la gestión centrada en la persona, y la innovación tecnológica) y apliquen esos aprendizajes en sus empresas, favoreciendo la competitividad, responsabilidad social y sustentabilidad.
Durante diez días, un grupo de empresarios mexicanos viajamos a Japón con una meta clara: abrir puertas para exportaciones, atraer inversión y fortalecer a nuestras MiPyMEs en uno de los mercados más exigentes del mundo.
Nos reunimos con empresas gigantes como Panasonic, Kyocera, Omron, Toyobo y NTT DOCOMO, participamos en foros de innovación y sostenibilidad, y hasta constatamos en la Expo Mundial Osaka 2025 la importancia de que México se muestre al mundo.
Pero lo que más sorprende no está solo en los edificios futuristas o en la tecnología 5G que transforma industrias completas. Lo que más impacta es la cultura.
Uno de mis compañeros de viaje compartió una anécdota que retrata a Japón mejor que cualquier estadística: cuando estudiaba allá, olvidó su mochila en el metro de Tokio. Pasaporte, dinero, documentos… todo. Tres horas después regresó al mismo lugar y ahí estaba, intacta, como si nadie la hubiera visto. En Japón, apropiarse de algo ajeno simplemente no cabe en la cabeza de la gente.
El respeto y el orden se ven en todas partes. No hay basura tirada, pero tampoco ves botes por todos lados. Cada persona guarda su basura hasta llegar a casa o la separa en puntos con hasta diez contenedores distintos: papel, PET, latas, comida… Esa disciplina cotidiana termina construyendo seguridad y confianza social, algo que nuestras ciudades y empresas necesitan tanto como inversión.
Otro valor que inspira es el orgullo nacional. Más del 95% de los autos que circulan son japoneses. Consumir lo local fortalece su industria, genera empleo y mantiene la riqueza en casa. Esa misma filosofía se nota en sus compañías: primero la gente, después la máquina.
En Omron, por ejemplo, nos mostraron cómo integran a personas con discapacidad en sus procesos productivos. En Panasonic, recorrimos el Museo Konosuke Matsushita y entendimos cómo una filosofía centrada en las personas, la mejora continua y la calidad, puede transformar un pequeño taller en una marca global.
¿Y los negocios? Llegamos con resultados claros: Toyobo y Gogyofuku quieren trabajar con proveedores mexicanos en alimentos, bebidas, agroindustria y automotriz. Desde COPARMEX haremos todo lo necesario para que nuestras MiPyMEs aprovechen estas oportunidades y se integren a cadenas globales.
Regresé de Japón convencido de algo que quiero compartir con cada empresario mexicano: la competitividad empieza en la cultura. No basta con querer exportar; hay que ser confiables, ordenados, puntuales, disciplinados y orgullosos de lo que hacemos. Cuando una empresa aplica estos valores, está lista para cualquier mercado.
Internacionalizarse no empieza en un contrato de exportación: inicia en casa, en cómo trabajamos, cómo tratamos a nuestra gente y cómo respetamos nuestro entorno. Si logramos eso, el mundo nos abrirá las puertas.
Desde COPARMEX seguiremos promoviendo los negocios e intercambio comercial con Japón y también impulsaremos a más empresarios para realizar más viajes de capacitación y negocios en sinergia con la AOTS.