Artículo escrito por Luis E. Durán Luján, Presidente del Comité de Difusión de Coparmex vía Forbes México
Twitter: @LuisEDuran2
Aldous Huxley el gran genio escritor y filósofo inglés del siglo pasado solía decir: “Los datos no dejan de existir porque son ignorados”. Uno de los datos económicos más importante en la economía de cualquier país es el de la balanza comercial. Básicamente consiste en restar las importaciones de las exportaciones. Una economía que busca su desarrollo y crecimiento siempre debe tener un superavit en la balanza comercial. Recientemente el INEGI publicó las cifras de nuestro país para los primeros dos meses del año. Es importante analizarlas para saber dónde estamos y qué tenemos que hacer para continuar o corregir el rumbo. En el caso de México las cifras son preocupantes.
En Enero y Febrero la balanza comercial presentó un déficit de 4,993 millones de dólares. Vale la pena mencionar que el año pasado nuestro déficit de todo el año fue de 11,491 millones de dólares. Es decir, en estos primeros dos meses ya estamos alcanzando casi el 44% del déficit total del 2021. También es importante señalar que el déficit del 2021 registró una cifra negativa por primera vez en tres años, ya que en el 2019 tuvimos un superávit de 5,362.1 millones de dólares y en el 2020 de 34,013 millones de dólares. Eso significa que el cambio del 2020 al 2021 implica una variación negativa de 45,504 millones de dólares. El déficit de estos dos meses parecería sugerir que nuestro cifra negativa anual pudiera llegar a niveles insospechados.
Todos estos datos apuntan a que debemos de hacer ajustes importantes en nuestra estrategia económica si no queremos llegar a un déficit histórico en la balanza comercial. Tomando en cuenta que tenemos una de las armas comerciales más importantes del planeta, el T-MEC (Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá), la tarea no debería ser muy difícil. Se ha hablado mucho sobre la oportunidad que existe hoy para aprovechar las dificultades en la cadena de suministro a nivel mundial. Así como el distanciamiento de China con Estados Unidos, para posicionar a nuestro país para tomar ventaja de una oportunidad histórica.
Para tener éxito debemos ser astutos. Es momento de hacer una convocatoria nacional para buscar construir ese plan que impulse a nuestras exportaciones de manera exponencial. Necesitamos puntualizar las oportunidades y dar incentivos a la inversión que busque explotar estas coyunturas. También necesitamos demostrar que podemos y queremos ser buenos socios de la economía de nuestros vecinos del Norte. Es momento de dejar a un lado posturas improductivas y desgastantes sobre una reforma energética que apunta al pasado y que, siendo pragmáticos, no sólo es anticuada, es inviable. Ya lo vimos muy claro en la reciente visita del Secretario del Ambiente norteamericano John Kerry. Los proyectos y contratos existentes que muchos proveedores de energía renovable de los Estados Unidos tienen con nuestro país representan una base sólida para el desarrollo del futuro de la energía limpia en América del Norte.
La plena aplicación y adhesión a nuestros acuerdos comerciales es necesaria para promover nuestros intereses compartidos y la competitividad regional. El Embajador Ken Salazar lo ha dicho con toda claridad: “Estados Unidos y México tienen una oportunidad extraordinaria de crear una potencia económica en América del Norte, liderando al mundo en energía limpia. México es nuestro socio más importante y está dotado de un extraordinario potencial de energía renovable que debe aprovecharse”.
Estados Unidos quiere construir una cadena de suministro sólida con nosotros y no se van a quedar cruzados de manos ante iniciativas que no construyan o afecten sus intereses. La respuesta a nuestros retos es construir en favor de las fuerzas económicas del futuro de manera decidida y efectiva. De lo contrario tendremos un déficit histórico en la balanza comercial.