Conmemoramos el Día del Mundial del Agua (22 de marzo), con este análisis para identificar cómo hacer posible la aspiración de que todos tengamos acceso a este líquido frente a una realidad cada vez más adversa por los efectos del cambio climático, y cuando prácticamente 15 millones de habitantes según la UNAM no tienen acceso a agua potable y 30 por ciento de la población no cuenta con la calidad ni la cantidad suficiente.
Es claro que el cambio climático está causando estragos, cada vez la temperatura del planeta es más alta, eso provoca que las sequías y las lluvias sean extremas. Precisamente el Acuerdo de Paris, que establece compromisos internacionales, lo que busca es que se puedan encontrar soluciones de fondo a este delicado tema.
Por eso consideramos que la discusión de una posible Reforma Eléctrica o de cualquier política pública que pudiera provocar mayor contaminación no puede faltar a estos compromisos porque se estaría poniendo en riesgo la sustentabilidad del planeta.
El agua en nosotros y nosotros con ella
Del agua depende nuestra biodiversidad que es una de nuestras riquezas, México es un país envidiable en recursos naturales. Pero igual de innegable es que estamos viviendo una crisis adicional que podemos y debemos mitigar y prevenir para que no se agrave aún más: La escasez de agua.
México se ha vuelto más cálido desde la década de los años sesenta del siglo pasado. Las temperaturas promedio a nivel nacional aumentaron en 0.85°C y las temperaturas invernales en 1.3°C. Se ha reducido la cantidad de días más frescos desde los años 60 del siglo pasado y hay más noches cálidas, según estudios de la Cámara de Diputados.
Por ejemplo, para Greenpeace: “la falta de lluvia es central pero no es el único factor que provoca la escasez de agua potable en los hogares del Valle de México. Mala calidad, acceso inequitativo, falta de infraestructura en áreas de recarga o conservación y mala gestión son algunos de los otros muchos factores que inciden.”
Sonora, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa y Tamaulipas han sido de las entidades más afectadas por las sequías. Pero destaca la grave situación de carestía que ya vive Nuevo León que se ha declarado en emergencia, Monterrey solo tiene reservas para 25 días.
¿Qué se puede hacer?
Desde el sector público: Más y mejor inversión en infraestructura. Celebramos que el presupuesto en inversión física para 2022 haya tenido un aumento real del 17.6% con respecto a 2021. Esto la ubicará en el nivel más alto desde 2017 y representará el 3.1% del PIB.
Sin embargo, es importante resaltar que, a pesar del aumento, el gasto en inversión aún se encuentra por debajo del 4.5% recomendado por el Banco Mundial para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Más aún, señalamos que el gasto en inversión física está fuertemente concentrado y destinado a rubros no necesariamente vinculados a la mejora del ambiente ni al agua. Por ejemplo, 44 de cada 100 pesos de gasto en inversión física se irán a combustibles y energía. Además, está destinado a las obras prioritarias de la administración, lo que hace que se concentre en unas cuantas entidades. El 62% del gasto en inversión física se realizará en Campeche, Tabasco y Ciudad de México.
Por su parte, la inversión en agua será de 6.3 mil millones de pesos. Aunque es buena noticia que este gasto se incrementará con respecto a 2021, los datos del Censo 2020 muestran que aún hay rezagos importantes en la materia: cerca de 2 millones de las viviendas en México no cuentan con servicios dignos de drenaje y 1.2 millones no cuentan con agua potable.
De hecho, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) declaró que se necesita una inversión anual promedio de 49 mil millones de pesos por 20 años para alcanzar la sostenibilidad y seguridad hídrica en México.
Desde el sector privado: Colaboración y empatía. La colaboración entre sector privado y público será crucial para mejorar y modernizar la infraestructura hidráulica del país. Pero un factor importante para que más inversiones lleguen es garantizar certidumbre jurídica. La inversión privada en agua y servicios sanitarios en el país ha sido limitada. La última cifra disponible, es de 2015, fue de 1,425 millones de dólares, de acuerdo con el Proceso Regional de las Américas. Documento México, presentado en el 8º Foro Mundial del Agua en 2018, celebrado en Brasil. Esta cifra récord, desde 1993, fue 36% mayor que la registrada en 2014.
Datos de Conagua muestran que, de 1992 a 2010, se ejecutaron tan solo 33 contratos de participación privada, 70% de tipo CPOT (construir, poseer, operar y transferir). Para facilitar que haya más inversión tanto pública como privada se requiere un amplio debate que nos lleve a contar con una ley moderna en materia de aguas.
Desde nuestro hogar: Cuidándola al máximo, dándole un uso razonable. México es de los países con mayor consumo per cápita. Se consumen, en promedio, 366 litros de agua por día per cápita según la ONU, lo que nos coloca en el quinto puesto junto a España. Solo lo superan en este ranking Estados Unidos, Australia, Italia y Japón.
El llamado de COPARMEX
Es para que las decisiones tomadas desde el sector público cumplan con los compromisos internacionales, tales como el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para que en los hogares mexicanos haya agua, es necesario prevenir y mitigar los efectos del cambio climático y eso solo será posible con visión e inversión en infraestructura hidráulica en sus distintas fases desde captación, extracción y recarga de los mantos acuíferos, distribución, uso adecuado, tratamiento y saneamiento. Expertos señalan que de un total de 653 acuíferos, 105 se encuentran en condiciones de sobreexplotación, por lo que es necesario actuar con responsabilidad.
Conmemorar el Día Mundial del Agua significa hacer conciencia y cambiar para garantizar la seguridad hídrica y la sustentabilidad.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) el consumo medio debería de ser de 100 litros de agua por persona. Este dato está estimado para un acceso óptimo. Con este volumen se satisfacen las necesidades de consumo e higiene, por ello hacemos un llamado a todos los mexicanos para hacer un consumo responsable del agua, y a que avancemos hacia un modelo de consumo ya no lineal, sino circular.
Todas las crisis entrañan oportunidades: ¡Es momento de que todos hagamos equipo para asegurar que el agua no nos falte, está en nuestras manos!