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Migración, el reto de una visión humanitaria.

Artículo de opinión escrito por Luisa Estela León Marín, Presidenta del Comité de Inclusión de Mujeres de Coparmex | Vía@heraldodemexico

X: @LuisaLenMarn

La migración entre México y Estados Unidos representa uno de los fenómenos sociales, económicos y diplomáticos más complejos y sensibles en la relación bilateral. Desde la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), reconocemos que este reto debe abordarse con una visión integral que combine la defensa de la soberanía nacional con un enfoque profundamente humanitario, el fortalecimiento de la cooperación bilateral y el respeto mutuo entre las naciones.

La migración es un fenómeno con múltiples facetas que refleja desigualdades, conflictos, aspiraciones y, sobre todo, la necesidad de millones de personas de encontrar una vida digna, de ahí que no deba de ser vista únicamente como un asunto de control fronterizo. Dentro de los principales efectos positivos que se viven en nuestro país podemos enunciar las remesas enviadas por los migrantes que constituyen una importante fuente de ingresos para las familias mexicanas, contribuyendo así al desarrollo económico de algunas regiones del país; pero podemos citar como efectos negativos la fuga de talentos, el despoblamiento que sufren algunas zonas por la gravedad del desplazamiento forzado, el cambio en la estructura demográfica de México, y sobre todo la separación familiar y el estrés emocional.  Por ello, México tiene la responsabilidad moral y estratégica de atender este fenómeno desde una perspectiva que priorice los derechos humanos de los migrantes, y que al mismo tiempo salvaguarde los intereses nacionales.

En COPARMEX creemos que el Estado mexicano debe mantener una política migratoria clara, coherente y responsable, que respete los acuerdos internacionales en materia de derechos humanos y que se coordine de manera eficaz con Estados Unidos. Esta coordinación debe estar siempre basada en el respeto a la soberanía de ambos países, evitando que el fenómeno migratorio se convierta en un pretexto para tensar la relación binacional o para aplicar medidas unilaterales que vulneren el derecho internacional o el trato digno a las personas en tránsito o bien que se tome como pretexto para endurecer medidas económicas que afecten al país.

Debemos recordar que el respeto a la soberanía nacional es un principio irrenunciable, lo cual no debe confundirse con el aislamiento ni con posturas radicales que afecten la imagen de México ante el mundo. En un entorno global interconectado, los discursos o acciones que fomentan la confrontación, el cierre de canales diplomáticos o el uso político del fenómeno migratorio pueden tener efectos nocivos sobre la estabilidad económica del país y el clima de inversión. Con base en estos argumentos, exhortamos al Estado Mexicano a asumir un papel de facilitador de soluciones evitando caer en confrontaciones innecesarias.

México y Estados Unidos son socios estratégicos no solo por su vecindad geográfica sino por el volumen de comercio, la cooperación en seguridad, la inversión mutua y los lazos sociales que unen a millones de personas a través de la frontera. Es por eso que desde COPARMEX hacemos un llamado a mantener un diálogo constante, institucional y respetuoso con el gobierno estadounidense, con el fin de generar soluciones conjuntas al tema migratorio que no sacrifiquen la dignidad humana ni la estabilidad económica.

De manera particular, es urgente reconocer cómo el fenómeno migratorio impacta de forma diferenciada a las mujeres, ya que son ellas las que enfrentan mayores riesgos de violencia sexual, trata de personas, discriminación y exclusión tanto en el tránsito como en los procesos de regularización migratoria. En ese sentido, la política migratoria mexicana debe incluir un enfoque de género que garantice la seguridad, la protección y el acceso a servicios básicos para las mujeres migrantes, reconociendo en todo momento su vulnerabilidad, pero también su papel activo en las dinámicas de movilidad y desarrollo económico.

México debe trabajar en el fortalecimiento de sus instituciones migratorias, en el desarrollo de políticas públicas eficaces para atender a migrantes en tránsito y en la implementación de mecanismos de diálogo directo con Estados Unidos que busquen soluciones sostenibles, respetuosas y corresponsables. Pero sólo se podrá abatir el fenómeno migratorio si atacamos la raíz que lo genera, y que no es más que la falta de oportunidades para crecer, desarrollarse y satisfacer las necesidades básicas de las familias. Es justamente en este acto donde se debe reconocer el papel del sector privado como un actor clave en la promoción del desarrollo económico en regiones expulsoras de migrantes, contribuyendo así a atacar las causas estructurales del fenómeno.

Desde COPARMEX reiteramos nuestro compromiso con una visión de país abierta al mundo, que apuesta por el respeto al Estado de derecho, la seguridad jurídica y la promoción de un entorno propicio para la inversión nacional y extranjera. En este sentido, el manejo responsable del fenómeno migratorio es esencial no sólo para preservar la dignidad de las personas, sino para garantizar la estabilidad institucional y económica de México en el corto, mediano y largo plazo.

Por ello, instamos a los actores políticos, sociales y económicos a sumar esfuerzos en la construcción de una política migratoria de Estado, que parta del respeto a la ley, la cooperación internacional, la igualdad de género y la responsabilidad compartida. Sólo así México podrá consolidarse como un país fuerte, soberano, humanitario y atractivo para la inversión, en el marco de una relación bilateral sólida, respetuosa y madura con Estados Unidos. #OpiniónCoparmex

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