
Artículo de Opinión escrito por: Armando Zúñiga Salinas | Vicepresidente de Comunicación de Coparmex Nacional | Vía: @Excelsior
La misión empresarial a Japón encabezada por COPARMEX, liderada por Armando Zúñiga Salinas, busca consolidar a México como socio estratégico del país asiático. Esta gira forma parte de una política activa de diplomacia económica para impulsar alianzas, atracción de inversión y formación empresarial, tomando como ejemplo el modelo japonés de innovación, liderazgo ético y mejora continua.
En un mundo que redefine sus alianzas económicas, tender puentes estratégicos se ha vuelto una necesidad para fortalecer a nuestro sector productivo. Como empresarios, tenemos que ir más allá de lo local, construir confianza y abrir canales de comercio e inversión.
Con esa lógica, desde COPARMEX organizamos la Misión Empresarial a Japón, que se llevará a cabo durante las dos últimas semanas de julio. Se trata de un esfuerzo por incorporar aprendizajes de un modelo empresarial de excelencia y abrir nuevas oportunidades para las empresas mexicanas, en especial las pequeñas y medianas. Estas requieren puentes reales para insertarse en los mercados más dinámicos y exigentes del mundo.
Esta misión forma parte de una estrategia más amplia de relaciones internacionales que hemos impulsado desde COPARMEX, como la reciente gira a Washington y las sesiones del Diálogo Global para una Economía más Competitiva, donde hemos reunido a actores clave de Europa, América Latina, China y América del Norte con el propósito de posicionar al empresariado mexicano en las agendas internacionales.
La relación entre México y Japón vive un momento decisivo. Desde hace décadas, Japón ha sido un socio comercial clave, pero en los últimos años se ha consolidado como uno de los inversionistas más importantes del país. En 2024 fue la segunda fuente de Inversión Extranjera Directa en México con más de 4.2 miles de millones de dólares. Sus empresas han traído también una forma de gestión basada en la mejora continua, la calidad total y el compromiso con la sociedad.
Este vínculo puede profundizarse. Japón es la tercera economía del mundo y uno de los principales actores tecnológicos del planeta. México, por su parte, cuenta con una ubicación privilegiada, talento, tratados comerciales y una creciente base industrial. Nuestra participación en esta misión empresarial busca convertir la afinidad cultural y el respeto mutuo en proyectos concretos, cadenas de valor compartidas, alianzas tecnológicas y rutas de exportación más diversificadas. Se requiere una estrategia integral que trascienda lo comercial. Debe articularse en torno a la educación, innovación, institucionalidad y visión geopolítica.
Recorreremos Osaka, Nagoya y Tokio, con una agenda intensiva de formación, visitas a empresas de vanguardia y diálogo estratégico con líderes japoneses. En el corazón de esta misión están las ideas que Japón ha convertido en cultura empresarial. Entre ellas, el Kaizen como principio de mejora constante; el liderazgo colaborativo como motor de productividad; la ética empresarial como soporte de confianza.
Se abordarán temas como liderazgo transformacional, estrategia empresarial y cultura organizacional japonesa. La metodología contempla análisis de casos, reflexión grupal y diálogo con expertos, diseñada para ofrecer una experiencia formativa relevante, vinculada a los desafíos de gestión que enfrentan las empresas mexicanas.
Los inversionistas japoneses ven en México un socio estratégico, pero también expresan preocupaciones que debemos atender con seriedad si queremos consolidar esa relación como base para una cooperación sostenible de largo plazo. En un entorno global marcado por la fragmentación, incertidumbre comercial y competencia por inversiones, México necesita ofrecer señales firmes de respeto al Estado de derecho, certidumbre jurídica, impulso a la innovación y un entorno propicio para hacer negocios.
Además, factores como la certidumbre energética, la estabilidad fiscal y la reducción de la discrecionalidad regulatoria son temas recurrentes en los encuentros bilaterales. También es indispensable mantener un sistema de justicia confiable y reglas claras que den continuidad al crecimiento de la inversión japonesa.
El papel de los organismos empresariales es crucial para activar alianzas, canalizar proyectos y traducir oportunidades globales en desarrollo local. La nueva diplomacia económica exige presencia, diálogo y visión. En ese camino, acciones como esta misión inspiran nuevas estrategias de liderazgo, innovación y cooperación internacional.
Una relación sólida con Japón también abre puertas a una mayor autonomía estratégica. Hoy, más del 80% de nuestras exportaciones están concentradas en Estados Unidos. Diversificar nuestros vínculos comerciales es una oportunidad que no debemos desaprovechar.
Fortalecer la relación México–Japón es construir una alianza estratégica de largo plazo, basada en valores empresariales, cooperación tecnológica y visión compartida.
México puede convertirse en un socio estratégico de muchas regiones y países, pero es necesario fortalecer el Estado de derecho, garantizar seguridad jurídica, mejorar su infraestructura y adoptar una visión industrial clara y una apuesta firme por la competitividad.