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Reducir la pobreza: una tarea de todos.

Artículo de opinion escreito por Gustavo Almaraz Petrie, Presidente del Comité de Estrategia Pública de COPARMEX | Via: @SinEmbargoMX.

X:@gustavoalmarazp

“Reducir la pobreza no es sólo un objetivo económico, es una meta de país. Para alcanzarla, el Estado debe garantizar certeza y un entorno propicio, mientras que las empresas tienen la responsabilidad de invertir, innovar y generar empleos de calidad. Cada empleo creado, cada mejora salarial y cada proyecto productivo se traduce en estabilidad para las familias.”

Los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024 revelan un hecho esperanzador: México tiene hoy 13.4 millones de personas menos en condición de pobreza que en 2018. Una noticia así debería marcar la conversación pública. Pero, si bien se suele asociar este resultado con el aumento al salario mínimo y los programas sociales, conviene detenernos en un actor que, aunque menos visible en la narrativa política, ha sido decisivo para alcanzar estos resultados: el sector privado.

La ENIGH ofrece una pista clara: 87 de cada 100 pesos que sostienen a los hogares mexicanos provienen del trabajo. Esto significa que la principal vía para salir de la pobreza sigue siendo un empleo digno y bien remunerado. Y esa puerta no la abre sólo el Estado, sino miles de empresas, grandes y pequeñas, que han apostado por México.

Reconocer esto no es un ejercicio de cortesía, es entender que, en un país donde casi un tercio de la población aún vive en pobreza multidimensional, las empresas no son únicamente motores económicos, también son actores sociales. Cada decisión de inversión, cada mejora salarial y cada nuevo negocio tiene un impacto directo en la vida de millones de familias.

Sin embargo, reducir la pobreza no es lo mismo que erradicarla. La misma ENIGH revela que, mientras mejoraron los ingresos, también aumentaron las carencias en salud, educación y vivienda. Asimismo, es importante recordar que el crecimiento económico permanece como un reto importante. Esto nos coloca ante el riesgo de que la disminución de la pobreza sea sólo un alivio temporal. El reto de fondo es lograr que los avances sean sostenibles y estructurales. Aquí es donde la responsabilidad del sector privado se amplía.

¿De qué manera? Primero, entendiendo que la productividad no se refleja sólo en cifras de rentabilidad, sino también en la capacidad de las empresas para generar empleos estables y mejores condiciones de vida para sus trabajadores. Invertir en capacitación, innovación y mejores condiciones laborales es una estrategia de largo plazo. Un trabajador con estabilidad, formación y salud es más productivo, más leal y más capaz de contribuir al crecimiento colectivo.

Segundo, asumiendo un rol más activo en el diseño de soluciones. Las empresas deben ser parte de las conversaciones sobre educación y capacitación, salud, vivienda accesible y movilidad social. La reducción de la pobreza no se logrará únicamente desde las Secretarías ni con la implementación de programas sociales, sino mediante la cooperación entre sector público y privado.

Tercero, avanzando hacia una cultura laboral que reconozca la corresponsabilidad entre empresa y trabajador. Los aumentos salariales, la formalización y los nuevos esquemas laborales implican costos y ajustes importantes para las empresas, pero también pueden convertirse en oportunidades para fortalecer la productividad. Estos cambios, cuando se hacen de manera gradual y con diálogo, pueden traducirse en mayor bienestar y estabilidad para las familias, sin comprometer la viabilidad de los negocios.

Reducir la pobreza no es sólo un objetivo económico, es una meta de país. Para alcanzarla, el Estado debe garantizar certeza y un entorno propicio, mientras que las empresas tienen la responsabilidad de invertir, innovar y generar empleos de calidad. Cada empleo creado, cada mejora salarial y cada proyecto productivo se traduce en estabilidad para las familias. Cuando crecimiento y bienestar avanzan de la mano, no sólo se fortalece la competitividad empresarial, sino que se fortalece México.

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