Preámbulo
Este fin de semana iniciaron las campañas políticas a nivel local en todo el país, por lo que destacamos que las elecciones del 6 de junio pondrán a prueba nuestra democracia. Serán las más grandes en la historia por el número de probables electores y por los cargos que están en juego; pero también serán atípicas por un contexto inédito como la pandemia. Aunado a ello hay un riesgo que nos preocupa y que no ha sido adecuadamente visibilizado: la violencia política.
Una vocación histórica de COPARMEX ha sido propiciar que los ciudadanos participen en la vida política ejerciendo sus derechos para votar y ser votados, pero la violencia política se ha convertido en un factor que desalienta, que atemoriza, que inhibe y que trastoca nuestras libertades. Por eso es que realizamos este análisis y hacemos un llamado a manera de recomendación para poner alto a este flagelo que pone en peligro vidas y también a nuestra democracia.
Diagnóstico
Desde el pasado 7 de septiembre de 2020, en el que inició formalmente el proceso electoral, y hasta el 20 de marzo de 2021, el Indicador de Violencia Política en México (IVP) publicado por Etellekt Consultores, registró un total de 238 agresiones contra personas políticas con un saldo de 218 víctimas de diversos delitos, de las cuales 166 eran hombres y 52 mujeres
Además, un reporte elaborado por Integralia Consultores muestra que hasta febrero se contabilizaban 75 asesinados categorizados como violencia política. De ellos, 51.6% han sido en contra de funcionarios en activo, 19.8% a militantes y aspirantes a cargos de elección popular, 13.2% contra ex funcionarios públicos, y 15.4% en contra de activistas y periodistas.
Más de la mitad de los hechos de violencia política (como asesinatos y agresiones) se concentran en siete estados: Baja California, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Morelos, Oaxaca y Veracruz.
Mientras que en Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Sinaloa Veracruz, la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) identificó un alto riesgo de que las y los candidatos sean cooptados por la delincuencia organizada.
Un alto porcentaje de estos incidentes se ha registrado en municipios con menos de 100 mil habitantes y alejados de los centros urbanos, lo cual es un signo de alerta puesto que muchas de las candidaturas serán disputadas precisamente en comunidades alejadas en las que se dificulta la presencia de las fuerzas federales.
Respuesta gubernamental tardía
Fue hasta el 4 de marzo pasado cuando las autoridades dieron a conocer la estrategia federal para proteger a candidatos. Preocupa que no se haya generado una estrategia con suficiente anticipación, ya que de haber existido podría haberse evitado la pérdida de vidas humanas.
Recomendaciones
1. Atender los principales riesgos de cara a la elección, el mayor de ellos: El riesgo de colusión con el crimen organizado. Esta labor debe ser conjunta entre el INE, las autoridades y fiscalías federales y locales para el monitoreo de los perfiles de los aspirantes, de tal manera que se cierre cualquier resquicio por el que podrían acceder a candidaturas personajes vinculados al crimen organizado. Por supuesto que la responsabilidad de los partidos en la revisión de los antecedentes de sus postulados debe ser el primer filtro.
2. La estrategia de protección debe ser integral. Además de considerar la prevención de asesinatos deben contemplarse los principales tipos de agresiones que se están suscitando: Amenazas con el 30% de los casos reportados; 7% privación ilegal de la libertad; 6% atentados contra familiares; 4% robo de oficinas; 4% daño a la propiedad; 3% ataques contra colaboradores; 2% lesiones; 1% intimidación según la información del reporte elaborado por Etellekt Consultores.
3. Estrecha coordinación entre autoridades: Uno de los elementos más delicados es el financiamiento o donativos en especie que reciban los candidatos, provenientes de fuentes ilícitas y que podrían comprometerlos, por ello es fundamental la coordinación entre el INE y autoridades como la Unidad de Inteligencia Financiera. Por otro lado, la coordinación entre autoridades federales y estatales para salvaguardar la integridad de los candidatos, sus equipos, los militantes y los ciudadanos antes y durante el día de la elección.
4. Mesas de Trabajo con partidos y sociedad civil. Reconocemos que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana establezca mesas de trabajo, creemos que deben fortalecerse con la participación de la sociedad civil y con el uso de información estadística para la identificación de regiones y zonas con alta peligrosidad de manera que se focalicen los esfuerzos.
5. Énfasis en la evaluación periódica. Un pilar de cualquier estrategia debe ser su permanente flexibilidad y capacidad de adaptación, que sólo es posible si se realiza una evaluación periódica de sus resultados.
El llamado de COPARMEX
Nuestro llamado es a que por ninguna razón la violencia se normalice y a que como sociedad alcemos la voz para que la violencia política no enturbie una elección tan trascendente como la que viviremos este año.
Las autoridades tanto civiles, militares como electorales tienen que ser garantes de una elección limpia y en paz, a ellas dirigimos nuestras 5 recomendaciones.
Los buenos somos más, pero para hacer valer nuestra condición tenemos que salir a ejercer nuestros derechos, elegir a quienes consideramos nos representarán de mejor forma y hacerlo sin miedo.
La democracia mexicana es frágil, requiere que la consolidemos. Nuestro llamado también es a cada mexicano con posibilidades de sufragar, a ellos les decimos: Participa, Vota y Exige.