Artículo de opinión escrito por: Ximena Céspedes Arboleda, Presidenta del Comité de Comunicación Interna de Coparmex Nacional | Vía El Sol de México
Twitter:@XimenaCespedesA
Hace poco más de dos meses, desde Coparmex señalamos el “grave panorama de inseguridad y violencia que afecta todas nuestras actividades, empeora con la corrupción e impunidad en las instituciones, e impide el acceso a la verdad y a la justicia”. Por esta razón hicimos un llamado para construir un diálogo y colaboración entre los gobiernos de todos los niveles, los empresarios, la academia y la sociedad.
Las redes sociales tampoco se han quedado atrás. Los conceptos de violencia e inseguridad en México, aumentan en la conversación sociodigital día con día. Existe una percepción negativa de más del 94% hacia el Gobierno, señalándole como el #SexenioMásSangriento. Mencionan que la política de “abrazos y no balazos” es fallida y que la estrategia de seguridad no está dando resultados.
Adicionalmente, de acuerdo con la organización Impunidad Cero, en México no se denuncia el 94% de los delitos que se cometen y menos del 1% son resueltos.
Mi familia tampoco ha escapado a esta violencia. El 12 de septiembre pasado, mi hija Ana María Serrano Céspedes fue víctima de un feminicidio, presuntamente por parte de su exnovio en nuestra propia casa. Era una niña brillante, de tan solo 18 años.
Como lo menciona en un artículo de análisis Jorge Nader Kuri, este caso no se trató de “un pedestre feminicida más, sino de un asesino producido en un ambiente de descomposición social generalizada donde campea la idea de impunidad; de que se puede ser violento y delinquir sin consecuencias, sólo porque sí”.
“Este caso no debe de acabar en una simple narración trágica y un sombrío reflejo de nuestra sociedad. Debe ser un llamado a la acción para cada uno de nosotros. Debemos exigir un cambio profundo en nuestra cultura y educación (…) así como reclamar leyes más eficientes y su aplicación rigurosa para garantizar que los delincuentes sean llevados ante la justicia y que las víctimas reciban la protección y el apoyo necesarios”.
Por lo mismo, ya no podemos quedarnos como espectadores viendo pasar la violencia o rezando para que no llegue a nosotros. Debemos, como empresarios, pero sobre todo, como sociedad ser realmente agentes de cambio.
Aquí dejo algunas reflexiones a raíz de los hechos por los que hemos pasado:
- Debemos dejar de normalizar la violencia.
- Denunciar los delitos, aún si tenemos miedo de hacerlo.
- Hacer públicos los delitos, tenemos muchas vías, desde redes sociales, medios de comunicación, asociaciones y grupos dispuestos a apoyar en la visualización de los temas.
- Pero también hacer públicos y virales los logros de las entidades de investigación e impartición de justicia. Tenemos que acabar con la impunidad.
- Acatar las leyes. Como decía un amigo policía, tenemos que lograr la tolerancia cero de cualquier delito.
- Proteger las instituciones, entre ellas el INE y el Poder Judicial.
- Educar en el amor, los valores y la tolerancia a nuestros hijos y colaboradores.
Finalmente, tenemos que informarnos. He encontrado a lo largo de estas semanas que existen múltiples organizaciones públicas y privadas para ayuda de todo tipo tanto en prevención como para víctimas; desde apoyo jurídico, psicológico, financiero, educativo…
“Solo juntos podremos generar acciones contundentes para avanzar en la construcción de un México con Desarrollo Inclusivo, en donde la justicia, la paz y la garantía de derechos sean elementos clave de ese futuro que anhelamos”. Comunicado Coparmex agosto 2023.
Que la muerte de Ana María no quede en vano. Ni una más, ni una menos.