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En el inicio de 2019, la actividad económica en México ha tenido un bajo crecimiento. Ello se debe principalmente a la desaceleración de la economía global, pero también han sido determinantes algunas decisiones gubernamentales equivocadas y señales erráticas de política pública.
La incertidumbre que han generado algunas las medida del gobierno federal, está deteriorando la atractividad y percepción sobre México, como un destino seguro para las inversiones internacionales, y en el caso nacional, para detonar la inversión privada.
Los ajustes en las políticas públicas son naturales y propias de la alternancia de un regimen democrático como el de Mexico, pero solo la racionalidad, pertinencia, oportunidad y gradualidad de la implementación de las decisiones que se se adoptan desde el Gobierno, son compatibles con la inversión y el desarrollo sostenible.
El Ejecutivo Federal no está otorgando esa certidumbre. Así, la creciente desconfianza que genera el Gobierno Federal ya está afectando las expectativas de crecimiento, el empleo formal y la inversión.
II.- Estancamiento.
Los datos son contundentes.El Banco de México ya revisó a la baja sus estimados de crecimiento, pasando de 1.7% a 1.1%, uno de los crecimientos más bajos de la década. A esto deben sumarse las modificaciones a la baja de calificadoras como Fitch.
Más aún, los expertos del IMEF estiman que México cerrará el año 2019 con 600,000 empleos formales nuevos, tan solo la mitad de lo necesario para emplear a los jóvenes que se incorporan cada año a la población económicamente activa.
La inversión privada se encuentra estancada, sin variación alguna en su comportamiento del año pasado, creciendo muy poco, alrededor del 1%.
De continuar la tendencia, no será posible lograr las metas de desarrollo que el país necesita, y menos aun, el crecimiento anual promedio de 4% promedio anual que el Presidente ha postulado como objetivo.
III.- Orientar el rumbo
Las transferencias de recursos a sectores vulnerables desde el sector público, aunque justificados en casos específicos y de forma temporal, por sí mismas, no generan crecimiento y desarrollo.
El indicador económico que más indice en la reducción de la pobreza, especialmente la pobreza extrema, es el empleo formal, no la distribución de recursos de los programas sociales.
El desarrollo basado en el crecimiento económico, es la única vía sostenible para generar bienestar y erradicar la pobreza extrema.
El Bajío, única región del país que ha logrado reducir su pobreza extrema de forma sistemática, lo ha logrado a partir de tener tasas sostenidas de crecimiento por arriba del 6% e inversión extranjera de alto valor agregado.
El Estado mexicano tiene las herramientas para detonar el dinamismo de la economía mexicana acelerando la inversión pública, e incentivando de forma estratégica que otros sectores productivos también lo hagan.
La creación de alianzas público-privadas y la continuidad de los proyectos de Zonas Económicas Especiales, son necesarias para detonar un crecimiento que permita el desarrollo.
IV.- Estado de Derecho
Uno de los pilares de la confianza, es la vigencia del Estado de Derecho.
Desde luego que el respeto a la propiedad privada, la estabilidad del marco tributario, la seguridad física, así como la integridad pública y el combate a la corrupción, tienen un papel determinante.
El respeto a la ley es una constante de los países desarrollados y con niveles de crecimiento sobresalientes. El gobierno tiene un papel referenciador y de influencia determinante en este sentido.
La estabilidad de políticas públicas de largo plazo y el cumplimiento de los contratos por el Gobierno, en sectores tales como la infraestructura y la energía, es fundamental para la certidumbre y la inversión.
La cancelación o paralización de proyectos de infraestructura estratégica, el fustigamiento público de empresas privadas nacionales e internacionales, el uso de consultas populares sin protocolos de ley o en asuntos impertinentes, el deterioro de las instituciones autónomas, el inadecuado perfil técnico e inexperiencia de responsables de funciones torales del gobierno, y el abuso de las asignaciones directas en la obra pública, degradan en forma relevante la confianza.
V.- Conclusión
Las organizaciones empresariales y el Gobierno Federal, convenimos explícitamente en alinear esfuerzos para detonar inversión, erradicar la pobreza extrema y combatir la corrupción.
No hay duda de la intención del Presidente de la República de erradicar la pobreza extrema. Los programas que ha puesto en marcha su Gobierno dan claro testimonio de ello.
También hay señales alentadoras de la determinación del Jefe del Ejecutivo para combatir la corrupción, aunque las acciones específicas podrían profundizarse y acelerarse mucho más.
Sin embargo, el deterioro de la confianza ha minado el ritmo y cuantía de las iniciativas de inversión de múltiples empresas nacionales, así como de fondos de capital, y empresas internacionales.
Solo con la inversión privada, podrá detonarse el crecimiento económico que se traduzca en desarrollo con bienestar.
Desde Coparmex convocamos al Presidente a encabezar una cruzada nacional permanente por la inversión. La de las pequeñas y de las grandes empresas. La del ahorro nacional y la de los capitales internacionales. En los sectores tradicionales, y en las vocaciones emergentes del País.
La mayor aportación que el Gobierno Federal puede hacer, es precisamente, generar confianza.