Introducción
Es indiscutible que la corrupción ha sido uno de los principales cánceres de México. Fácilmente se puede afirmar que existe un consenso nacional en que la corrupción, alimentada por la rampante impunidad, es lo que ha impedido que el ejercicio gubernamental sea más eficaz en atender las problemáticas de los mexicanos.
Hace sólo dos años, fue uno de los principales temas en la campaña presidencial, y el combate a la misma fue la principal oferta pública y la razón por la que millones de mexicanos convirtieron al entonces candidato Andrés Manuel López Obrador, en presidente de la República.
Administración Actual
Casi tres años después, la corrupción no sólo sigue presente, sino que el mismo Gobierno Federal parece permitirla. Fuera de uno o dos casos que se han identificado más como vendettas personales, el carpetazo y el olvido siguen siendo el destino de casos que en la historia contemporánea de México han lastimado la confianza de nuestro pueblo en sus instituciones y el sistema democrático.
La corrupción puede llegar a ser difícil de definir, pero sabemos cuando estamos frente a ella, y más en tiempos de crisis. Hoy, lejos de esclarecerse, se vislumbra un horizonte menos transparente.
En esta administración se tiene registro de cómo en los procesos de adquisiciones, el Gobierno Federal ha dado preferencia a asignaciones directas, invitaciones restringidas, lo que genera un mínimo impulso a las instituciones que forman parte del Sistema Nacional de Fiscalización y Anticorrupción.
El caso de León Manuel Bartlett, hijo de Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad; y los precios elevados con los que vende sus productos al Gobierno Federal, es una muestra de lo que genera la falta de una política pública que verdaderamente combate la corrupción, más allá de discursos y declaraciones en conferencias de prensa.
El proveedor del Gobierno al que me refiero, se vincula familiarmente a quien ha tenido antecedentes irregulares en sus declaraciones patrimoniales, negando relaciones personales para poder remediar las pifias. Ahora, el empresario tuvo la fortuna de ser proveedor del IMSS, entre otras Secretarías de Estado, sin que mediara un proceso de licitación de por medio, práctica que resultó en que él vendiera el ventilador más de lo debido y de lo que finalmente cuesta en el mercado; y por ende es el más caro que ha comprado el Gobierno de México en esta crisis sanitaria.
Hay que decirlo con todas sus letras, jamás se podrá justificar que el hijo de un funcionario público de primer nivel, venda equipo para salvar la vida a mexicanos a sobreprecio, cuando en realidad lo que debería de hacer es ofrecerlo a mejores precios y más si esto se lleva a cabo a través de un obscuro procedimiento de adjudicación directa.
Por otro lado, se conoce que varias empresas han tratado de obtener el permiso de COFEPRIS de traer ventiladores a México, pero ellas, a diferencia de la empresa de León Manuel Bartlett Álvarez, estas no han tenido éxito para poder hacerlo.
La verdad es que le llame el IMSS como le llame, con este sobreprecio, que prácticamente es regalar el dinero de los mexicanos a León Bartlett, se abren severas sospechas de conflicto de interés y tráfico de influencias en distintas instancias del gobierno.
Ya lo era, pero este caso hace impostergable retomar el combate a la corrupción y transformar la vida pública hacia una conducta íntegra. El presidente López Obrador debe cumplir a quienes votaron por él. Él prometió ser diferente. Hoy es necesario que se dé seguimiento a las 4 acciones estratégicas que recomienda Coparmex, más allá de posiciones ideológicas o dogmas:
Propuestas de Coparmex
- Protección, Impulso y Desarrollo del Sistema Nacional Anticorrupción
Cuidar la Autonomía e Independencia de los órganos que lo componen es la clave, así como proteger su presupuesto. Se requiere desarrollar la profesionalización y las capacidades humanas de sus integrantes.
- Desarrollo de un Sistema de Contrataciones Públicas de clase mundial
Crear un sistema nacional de contrataciones públicas que evite duplicidades y confusiones a través de una Ley General que recoja las mejores prácticas internacionales. Podría ser parte de la agenda legislativa del Congreso de la Unión que hoy parece sólo sesionar cuando el presidente López Obrador se los pide.
Diseñar una nueva plataforma digital que sea transaccional, transparente, integral, segura, permanente y enfocada al mejor uso de los recursos públicos.
- Responsabilidad e Integridad de las empresas como elementos para fortalecer y, en su caso recuperar la confianza de la Sociedad
Permitir que la sociedad civil participe y se cree un nuevo estándar de negocios a través de una red de empresas Responsables e Íntegras
- Consolidación del Sistema Nacional de Fiscalización, como herramienta básica del control y vigilancia del ejercicio de los recursos públicos
Hay que asegurar que cada peso público llegue a su destino y rinda, a través de un sistema de control y vigilancia eficaz, completo e integral. Crear una verdadera red de auditores en cargados de la contención de la expansión de la corrupción.
Llamado Final
El Gobierno Federal no puede hacerse de la vista gorda ante este caso ni ninguno otro de corrupción. Este caso debe ser investigado de manera ejemplar. Hoy el presidente tiene la oportunidad de mostrarnos que no es igual a los que tanto criticó. Es necesario investigar conductas durante otros sexenios, pero hacerlo no impide poner orden en su casa.
Si no lo hace, el Bartlettgate podría llegar a ser el primer caso de corrupción de esta administración. Aunque ya es grave por si mismo este hecho, lo sería aún más porque las acciones de austeridad personal del presidente y los recortes obligados a los funcionarios públicos que colaboran en el Gobierno Federal servirán de poco, porque estaría enviando el mensaje de que la corrupción, en este Gobierno es tolerada. Estoy de acuerdo en que la corrupción se limpia como las escaleras, se empieza desde arriba.