
Artículo de Opinión escrito por Juan José Sierra Álvarez, Presidente Nacional de COPARMEX | Vía: @Excelsior
El Paquete Económico 2026 plantea un momento decisivo para México. Por ello, en Coparmex sostenemos que el presupuesto debe priorizar seguridad, Estado de derecho, energía, salud y educación y, sobre todo, un entorno que propicie la generación de empleos formales que protejan al mercado interno sostenido por las MiPyMEs.
El escenario fiscal muestra tensiones articuladas: un gasto total de 10.1 billones frente a ingresos por 8.7 billones, lo que arroja un déficit cercano a 4.1% del PIB. Esa brecha no es un número aislado; condiciona decisiones sobre inversión pública, gasto social y la capacidad para responder a riesgos económicos.
Los supuestos de crecimiento de 1.8% a 2.8% requieren certezas que permitan sostener la recaudación y estabilizar las finanzas.
El Paquete propone enfrentar la evasión mediante medidas contra factureras y una reforma aduanera. Las aduanas han recaudado 981 mil millones en lo que va del año, un aumento de 27%. Esa mejora muestra potencial, pero es imprescindible que la modernización incorpore garantías para la operación eficiente de las MiPyMEs y no genere cargas que frenen el comercio y la inversión.
La proyección de inversión pública de 1.25 billones, equivalente a 3.2% del PIB, es un avance, pero está lejos de la meta deseable de 5%, que impulsaría cadenas productivas y crecimiento regional. Además, la concentración de recursos en sectores específicos reduce la diversificación y la capacidad de generar empleo en territorios rezagados.
En el terreno social, la reducción de recursos en salud y seguridad resulta contradictoria con las necesidades reales: cuando millones de personas enfrentan carencias en servicios médicos y la inseguridad erosiona la actividad productiva, recortar estas partidas implica un alto costo económico y social.
El hilo conductor de estas cifras es simple: la forma en que se recauda y se invierte determina la capacidad para crear empleos formales. Por ello debe haber incentivos a la formalización, apoyos para la digitalización y capacitación de las MiPyMEs, y estímulos temporales por contratación que impulsen la demanda laboral.
El Paquete Económico 2026 puede combinar disciplina fiscal con una visión estratégica: recaudar mejor sin sofocar la iniciativa privada, diversificar la inversión pública y proteger el capital humano. Si el presupuesto articula estas decisiones, favorecerá la creación de empleos formales, la atracción de inversión productiva y la recuperación del poder adquisitivo.
México necesita certezas y un presupuesto que sea palanca de oportunidades reales. La responsabilidad es grande, pero la ruta está clara: priorizar la seguridad, garantizar el Estado de derecho, asegurar energía confiable, fortalecer la salud y vincular la educación al empleo.
El Paquete Económico 2026 debe ser la herramienta que confirme esa elección.El mejor programa social es el empleo formal; hagamos del Paquete Económico 2026 el instrumento que lo garantice.