Artículo de Opinión escrito por Luis Durán, Presidente del Comité de Difusión de Coparmex | Vía Forbes México
Twitter: @LuisEDuran2
Todos en nuestro país hemos enfrentado dificultades inesperadas durante esta pandemia. También hemos visto cómo algunos países y algunas empresas han tenido mejores resultados en sus estrategias para salir con éxito de estos retos. La clave es enfocarse a lo más importante. Para nuestro país es indispensable tener un enfoque estratégico que se convierta en las bases del principio de la recuperación. Si lo hacemos bien, nos llevará a ser más fuertes y más resistentes en el mundo posterior a la crisis. Tenemos 4 grandes retos que debemos enfrentar con decisión y sentido de urgencia. Estos 4 desafíos están interconectados y la adopción de medidas clave beneficiará a todos.
El primer reto es probablemente el más obvio: La recuperación económica. En 2020 se perdieron más de 2 millones de empleos formales, la mayoría de los cuales pertenecían a mujeres y jóvenes, y el PIB nacional disminuyó un 8.3%. Se espera que este año la recuperación sea de alrededor del 5%. Sin embargo, para que esto ocurra, se necesitan apoyos sin precedentes a las empresas y los ciudadanos. Nuestra recuperación dependerá también en buena medida de la vacunación a gran escala contra el Covid-19 y de las políticas y programas gubernamentales que promuevan el crecimiento del sector privado y la creación urgente de empleos.
El segundo reto es el de la Salud. Es contradictorio, pero el gasto real en salud (sin contar el gasto en pensiones) se ha reducido aproximadamente -1.5%. Más allá de que esto es claramente insuficiente en esta pandemia debemos de construir para el futuro. Es evidente que las limitaciones de capacidades también han sido un factor preocupante. El Covid-19 ha destacado los obstáculos en casi todos los elementos de la cadena de valor de la atención médica, incluidas las cadenas de suministro, la medicina preventiva, la atención primaria y las instalaciones de tratamiento hospitalario. Durante los próximos meses los funcionarios de salud pública deben tener un doble enfoque en la oleada de respuesta y la distribución de la vacuna. A mediano y largo plazo debemos evaluar las formas en que podemos hacer que el sistema de salud sea más resistente para reducir el impacto de futuros eventos adversos como esta pandemia.
El tercer reto es el de la educación. Los cierres prácticamente permanentes en todo el país durante la pandemia han ocasionado retrasos en todos los estudiantes de México. La mayoría de los educadores han trabajado incansablemente para ofrecer aprendizaje a distancia a los estudiantes, pero los recursos han sido limitados y los resultados han sido desiguales. UNICEF estima que, como resultado de los cierres de escuelas, 24 millones de niños se han convertido en un riesgo de abandono escolar y muchos de los 370 millones de niños que dependen de las comidas escolares podrían experimentar malnutrición. Además de transformar los programas educativos tradicionales para recuperar lo perdido y servir mejor a todos los estudiantes, también debemos determinar cómo allanar el camino hacia un futuro mejor a través de la educación de adultos. La lucha contra el desempleo y el estímulo de la recuperación económica dependerán en parte de programas de reciclaje de adultos, incluido el perfeccionamiento digital. La transformación educativa a todos los niveles deberá incluir una combinación de habilitación digital, revisión curricular, uso de nuevos métodos de aprendizaje, mejora de las capacidades de los docentes y rediseño estructural.